La tasa global de personas con capacidad de ahorro ha pasado del 36,3% que declaraban en 2020 ahorrar más o lo mismo que seis meses antes, al 20% actual.
Con respecto a esta mayor capacidad de ahorro, los colectivos desempleados señalan unos porcentajes mínimos (del 0,4% los que no perciben prestación y del 1,6% el resto), mientras que los estudiantes y autónomos rondan el 3%.
En el lado contrario se sitúan los trabajadores por cuenta ajena, con un 7,5% y los trabajadores en ERTE con un 6,8%. El colectivo de pensionistas tiene una capacidad de mayor ahorro muy discreta: del 5%. Sólo dos de cada diez de este grupo que ve limitada su capacidad de generar nuevos ingresos, mejora su posibilidad de ahorrar después de un año de dificultades, según el estudio de Asufin.
Además, señala que cuatro de cada diez ciudadanos señalan que tiene que afrontar mayores salidas de dinero que hace seis meses, lo que representa una subida del 18% con respecto al 24,2% de hace un año.
En este contexto, un 52,9% de los encuestados ha tenido que pedir ayuda financiera, principalmente familias y amigos (25,1%) o recurriendo a tarjetas de crédito (13,2%) y préstamos (8,4%).
No obstante, el estudio recoge un repunte del optimismo entre los consumidores: el 40,7% de los usuarios financieros percibe que la situación económica ha mejorado, lo que representa un «importante» aumento frente al 8,4% registrado el año pasado (un 32,3% más), motivado principalmente por el alza de los ingresos.
También aumenta del 2,1% al 5,1% de los encuestados que han visto incrementado su renta, y disminuye del 49,1% al 31,6% los que experimentan recorte de ingresos. La conclusión del estudio de Asufin es que, a cierre de 2021, «confluye una circunstancia positiva, la recuperación de la actividad económica, y otra negativa, la subida de precios». En este sentido, asegura que «los nubarrones» de la inflación provoca que un 28,9% de los consumidores afirme que su nivel de vida empeorará en el futuro, mientras que un 48% considera la situación como «inestable». «Este empeoramiento de las perspectivas llega en un momento en el que el ahorro ha descendido, con solo un 6% que declara que ahorra más y un 14% que lo mantiene», al tiempo que el 80% restante «o no puede ahorrar o está destinando esa capacidad de ahorro en mantener su nivel de vida en un momento de incremento de gasto».