Pero recuerda que la guerra en Ucrania supone una «perturbación» en la estabilidad financiera. Y pone el foco en los «riesgos de crédito latentes», asociados a la mayor proporción de préstamos en vigilancia especial, concentrados en sectores especialmente afectados por la pandemia. Así, las refinanciaciones aumentan el 14%.
«Las mayores señales de deterioro se observan en los sectores de actividad más afectados por la pandemia», como la hostelería o el transporte. En estas actividades, el peso conjunto del crédito dudoso y en vigilancia especial se acercaba al 24% en diciembre de 2021, frente a unos pesos respectivos del 17,7% en los sectores moderadamente afectados y del 15,5% en los menos afectados.
Los préstamos avalados por el ICO también han registrado «un cierto deterioro» en su calidad crediticia en 2021, aunque a un ritmo menor que en el semestre previo. El crédito garantizado a través del ICO clasificado en vigilancia especial alcanzó el 20,2% en diciembre de 2021, 3,9 puntos porcentuales más desde junio de 2021.
«Estas exposiciones de crédito que presentan alguna señal de deterioro son las que pueden ser, a su vez, más vulnerables a la materialización de los riesgos en el contexto actual», señala el gonernador, que considera «necesario» realizar un seguimiento con «especial atención» a estas exposiciónes, así como realizar un reconocimiento «temprano y adecuado» de las potenciales pérdidas que pueda haber.
«El impacto económico de la guerra no se había materializado completamente en el primer trimestre», advierte, al tiempo que subraya que «introduce nuevos riesgos» y que los efectos indirectos «pueden ser significativos», especialmente a través del impacto en las familias y en las empresas cuya recuperación tras la pandemia «estaba siendo más lenta o tardía y cuya solvencia puede verse deteriorada».
Los «elevados» niveles de endeudamiento y déficit público implican que la economía española es «vulnerable» a un posible deterioro de las condiciones de financiación, y limitarían el espacio fiscal para «reaccionar ante la materialización de nuevos riesgos y mitigar sus efectos». «Dado el alto nivel de incertidumbre y dada la envergadura de los potenciales riesgos que hay en el horizonte, siguen siendo particularmente necesarios una vigilancia estrecha de los riesgos y un comportamiento prudente por parte de las entidades», concluye el gobernador del Banco de España.