Los analistas coinciden en que la asistencia a las urnas y el debate antes de la segunda vuelta del 24 de abril serán fundamentales para determinar el ganador. El actual contexto de incertidumbre económica y precios de la energía disparados hacen el resultado imprevisible. Así, Macron representa la continuidad, mientras una victoria de la ultranacionalista Marine Le Pen impulsaría cambios de calado a nivel europeo y tendría un impacto inevitable en los mercados.
Macron ha asumido un fuerte liderazgo en la integración europea y en la crisis de Ucrania y la posibilidad de una victoria de Le Pen ya ha puesto esta semana nerviosos a los inversores, como sucedió en las anteriores presidenciales durante la primavera de 2017. La prima de riesgo francesa ha alcanzado esta semana máximos no vistos desde el inicio de la pandemia, sobre los 56 puntos básicos, y el rendimiento del bono a una década se ha disparado a máximos de mayo de 2015.