En dichos recursos se cuestionaba la imparcialidad de los citados miembros del tribunal por su afinidad con el PP. De haber prosperado las recusaciones, el tribunal de garantías se habría quedado sin quórum para resolver los últimos recursos que le quedan pendientes contra la condena que el Supremo impuso a los dirigentes independentistas por el delito de sedición.
En el auto dictado este martes para rechazar por unanimidad y definitivamente las recusaciones, el tribunal defiende la pluralidad ideológica existente entre los magistrados. En este sentido, recuerda que la necesaria variedad de perspectivas jurídicas que confluyen en sus deliberaciones y decisiones, en estrecha correspondencia con el pluralismo político, “se convierte en una seña de su propia identidad, y no en un condicionamiento negativo que afecte a su imparcialidad”.
La resolución subraya asimismo que el carácter insustituible de los magistrados que conforman el tribunal —ya que no pueden ser sustituidos por otros— “debe llevar a que su composición deba preservarse frente a los intentos de paralizar el funcionamiento de la jurisdicción constitucional”.
El tribunal considera que las recusaciones presentadas se han formulado de forma genérica, mediante escritos idénticos, sin argumentar la vinculación de las causas de recusación invocadas con el objeto del proceso, y sin que estas tengan encaje en esas causas. Frente a la insistencia de los recurrentes en que concurren las causas de recusación invocadas, el auto remite a las razones expuestas en el mencionado auto de diciembre último, al no quedar desvirtuadas por los argumentos contenidos en los recursos de súplica.