"No se trata de un shock invernal transitorio como podría ser el del gas", advierte Courvalin, quien sostiene que este es el comienzo de "una revalorización sustancial" del petróleo. En estos momentos, el barril de West Texas Intermediate (WTI) sube un 0,6% y ronda los 81 dólares, mientras que el de Brent se revaloriza un 0,7% y supera los 83 dólares.
Estos precios tienen su origen en el déficit que hay entre la oferta y la demanda, "el más largo que hemos visto en décadas", afirma el experto de Goldman Sachs. Asimismo, explica que los llamamientos a dejar de invertir en el suministro de hidrocarburos están provocando la falta de financiación en el sector, mientras que la transición hacia una energía más limpia todavía llevará mucho tiempo.
De esta forma, los productores no están poniendo en el mercado un mayor número de barriles pese a que la demanda sigue al alza y siguen centrados en devolver el dinero a los accionistas. "Esa es la clave de la sostenibilidad de los precios más altos", sostiene.