No pasa un día sin que un ministro o incluso el propio presidente del Gobierno tenga que desdecirse de lo dicho, prometido o anunciado como gran solución de nuestros problemas, pero que. ¡oh maravilla¡ es imposible de cumplimentar por esta o aquella razón. Perolo peor de todo es que en la inmensa mayoría de los casos, conque nuestros gobernantes, simplemente hubiesen leído los pormenores que atañen al tema de que se trata, no hubiesen metido la pata hasta el corvejón.
Casos flagrantes hay hasta hartarse, pero el que mas risas esta produciendo esta misma semana es el del plan de ahorro energético que nos iba a permitir no se cuanto ahorro. Pues tras cuatro día de su publicación, resulta que casi nada de lo que dice se puede poner en práctica, no solo por imposibilidad metafísica de hacerlo, sino porque la legislación existente no lo permite y entonces o se cambia la legislación o haber que hacemos.
Y todo eso sucede con el equipo de asesores ministeriales mas abundante de toda la historia. Y cuidado, que no para de crecer. Pero aun así, los errores se repiten, las chapuzas abundan cada vez mas y el ciudadano empieza a pensar que mas que políticos lo que llegan a gobernar son una nueva especie de ave de rapiña que en pocos años han de recoger todo lo que puedan para disfrutar de una vida placentera durante otros pocos de año mas, por lo que eso de la honorabilidad y la defensa de los ciudadanos pasa a un tercer plano o incluso se guarda en el cajón para utilizarlo el día de la despedida del cargo.