Pero las cifras de 2021, que según la señora Calviño presentaran un crecimiento del entorno del siete por ciento no parecen muy realistas y como todo el entramado político económico se ha construido sobre ese dato, pues ahora, no solo es imposible de cumplir, sino es que además se desmorona todo. Es decir la maquina se esta parando
Y todo ello sin hablar de la imagen que damos como país ante los prestamistas de Bruselas que deben de temblar por lo que todos estos errores avanzan sobre el compromiso de cumplimiento de lo pactado, gracias a lo cual nos están soltando un pastizal que no vamos a poder devolver nunca jamás, a no ser que aparezcan por aquí los hombres de negro y al igual que en Grecia o Portugal, se remanguen e impongan una drástica rebaja de todo tipo de gasto de ese en el que son especialistas los amiguetes del Gobierno que viven de las subvenciones mas variopintas que a uno se le puede ocurrir.
Hacia eso nos encaminamos porque la gestión de la postpandemia se está haciendo por inexpertos que lo único que quieren es recaudar para gastar y no gestionar para crear y después recaudar mas.
Pero pensar mas haya de unos meses se les hace muy cuesta arriba. Su timing es mas que cortoplacista, entre otras cosas porque su permanencia en el poder es escasa, gracias a Dios, porque de otra manera entre FG y ZP habrían arruinado a las dos Españas.