La conservación y restauración integrada de los recursos naturales aseguran los cimientos de los sistemas alimentarios.
Las políticas públicas y la iniciativa privada tienen que promocionar, incentivar y apoyar a los sistemas agroalimentarios que conservan y restauran los recursos naturales como el agua, el suelo y la biodiversidad, gestionan el aprovechamiento de la energía que nos envía gratuitamente el sol y suministran además dietas satisfactorias y saludables. Tres nítidos efectos positivos que constituyen poderosas palancas para mejorar los impactos económicos, sociales y ambientales de la sociedad.