De acuerdo con el último informe difundido por Crédito y Caución, 2023 ha sido un año récord en la adopción de las energías renovables, impulsada por los precios del petróleo y el gas, todavía altos, la creciente importancia de la seguridad energética como respuesta a los riesgos geopolíticos y el descenso de los costes de la energía solar. El aumento récord de capacidad se ha dado en Europa, Estados Unidos o Brasil, pero ha sido especialmente significativo en China: el motor asiático añadió en 2023 tanta energía solar fotovoltaica como todo el mundo en 2022 y aumentó su capacidad eólica un 66%.
El fuerte aumento de la capacidad de fabricación de energía solar fotovoltaica en China generó en 2023 un exceso de oferta, que supera actualmente tanto la demanda local como la global y es responsable de una disminución de los precios de las placas de casi un 50% durante el ejercicio, aunque debido a las barreras comerciales no todos los países podrán beneficiarse de esta reducción de costes.
La fabricación de energía solar está muy concentrada: cinco países acumulan más del 90% de la capacidad mundial y solo China supone ya el 80%. De acuerdo con las previsiones contenidas en el informe, el país asiático aumentará aún más su capacidad de fabricación consolidándose como el principal exportador global de paneles solares. Aunque otros países también tienen previsto añadir capacidad de fabricación, la Unión Europea y Estados Unidos seguirán siendo grandes importadores de esta tecnología.
La capacidad eólica también aumentará en los próximos años, pero menos intensamente que la solar. Las cambiantes condiciones macroeconómicas suponen un desafio para la industria. La inflación ha provocado un aumento de los costes de los equipos y los fabricantes occidentales han registrado pérdidas los dos últimos años, reduciendo el despliegue de la energía eólica.
En las próximas décadas, la demanda de electricidad experimentará un fuerte crecimiento. De representar alrededor del 20% del mix energético mundial en la actualidad, acelerará hasta suponer en 2050 entre el 41% y el 50%. Los países emergentes y en desarrollo representarán alrededor de tres cuartas partes de la demanda debido a un mayor uso de electrodomésticos y sistemas de calefacción y refrigeración. En las economías avanzadas, la electrificación despegará especialmente en el transporte. Alrededor de 50 países cuentan ya con políticas para incentivar el uso de vehículos eléctricos.
Esta demanda adicional de electricidad se cubrirá en su totalidad con fuentes de bajas emisiones. De acuerdo con los diferentes escenarios contemplados por Crédito y Caución, las renovables representarán entre el 53% y el 59% de la generación de electricidad en 2030 y entre el 82% y el 89% en 2050. En la Unión Europea, la eólica será la fuente de energía renovable dominante, mientras que la solar se convertirá en la tecnología líder a escala mundial. Se necesitarán grandes inversiones en el sector eléctrico para mantener un suministro de electricidad fiable y estable. Las inversiones en la red y la celeridad en la concesión de permisos serán cruciales.