Estas cifras suponen un incremento del 33% respecto a 2023 y evidencian la magnitud de un problema con graves consecuencias para la seguridad física de las personas, la calidad del suministro eléctrico y el importe de la factura que pagan todos los ciudadanos. Plantaciones de marihuana y grandes consumidores, desde industrias a negocios, concentran la mayor parte de la energía defraudada en un contexto de creciente profesionalización del fraude.
La energía recuperada en los fraudes detectados el pasado año por e-distribución, la filial de distribución de Endesa, supero los 867 millones de kWh, un 31% más que en 2023. Este volumen equivale al consumo de cerca de 250.000 hogares y confirma la relevancia del robo de energía. En los cinco últimos años, la filial de redes de Endesa ha detectado más de 300.000 fraudes que han permitido recuperar la energía equivalente al consumo anual de 1 millón de hogares.
Grandes consumos vinculados a negocios e industrias y plantaciones de marihuana concentran la mayor parte del fraude detectado. En concreto, durante el pasado año Endesa desmanteló cada semana más de 43 instalaciones manipuladas para alimentar plantaciones de marihuana en operativos en los que acompaña a las fuerzas de seguridad. Estas instalaciones, localizadas en edificios, naves, viviendas individuales o pisos, conocidas como plantaciones indoor, suponen un grave riesgo para su entorno.
En los cinco últimos años se han descubierto más de 300.000 fraudes con un volumen de energía recuperada equivalente al consumo de un millón de hogares.
Las plantaciones de marihuana concentran casi el 30% de la energía defraudada El pasado año Endesa desmanteló una media de 43 plantaciones enganchadas a la red cada semana
La sobrecarga generada por la manipulación de instalaciones provocó 24 incendios en la infraestructura de la red de distribución el pasado año
La manipulación de las instalaciones eléctricas implica importantes riesgos para la salud de la persona que las realiza y de las que le rodean, ya que pueden derivar en incendios y electrocuciones que pueden provocar daños muy graves e incluso la muerte. En zonas donde se concentran muchas plantaciones, la demanda de electricidad se dispara a niveles industriales. Se han dado casos de edificios de viviendas que consumían como un hospital, una sobrecarga que hace saltar las protecciones de la red provocando cortes de suministro a todos los vecinos. El nivel de sobrecarga ha llegado a provocar incendios en las instalaciones. Un ejemplo son los 24 incendios registrados este año centros de transformación de e-distribución por la saturación de la red derivada del fraude.
Estas plantaciones bajo techo, controladas en su mayor parte por organizaciones criminales, generan, además de los peligros físicos por la manipulación de la instalación eléctrica, el deterioro de la seguridad ciudadana en las zonas donde se concentran, afectando a los vecinos y también a los trabajadores. Los trabajadores sobre el terreno de e-distribución y sus contratas tienen que acudir encapuchados y acompañados por las fuerzas de seguridad a hacer su trabajo para evitar su identificación y han sufrido agresiones cuando procedían a desmantelar fraudes.
El impacto de la manipulación de las instalaciones eléctricas es además evidente en la calidad del suministro eléctrico. Las plantaciones indoor de marihuana consumen grandes cantidades de energía para asegurarse las condiciones de luz, temperatura y ventilación adecuadas para acelerar los cultivos y lo hacen mediante enganches ilegales a la red. Cada uno de estos ‘invernaderos’ de marihuana demanda un volumen de electricidad que equivale al consumo de unas 80 viviendas de unos 100 m2. El año pasado, las plantaciones desconectadas de la red en el área de e-distribución acapararon casi el 30% del volumen de fraude detectado por la compañía.
La vinculación entre estas plantaciones y la calidad del suministro eléctrico en determinadas zonas es tal que, tras las redadas realizadas por las fuerzas de seguridad para desmantelar cultivos de marihuana indoor, el consumo eléctrico se desploma y las incidencias llegan a reducirse un 90%. No obstante, los fuertes descensos en el consumo eléctrico que se registran tras las intervenciones policiales son sólo temporales y las conexiones ilegales vuelven a realizarse en cuestión de horas o días. La existencia de un marco penal más laxo que en otros países de nuestro entorno no contribuye a frenar la proliferación de enganches ilegales. En otros países como Francia, Alemania o Italia se diferencia entre casos graves y leves y el fraude eléctrico conlleva incluso penas de cárcel, mientras que, en España, el robo de energía conlleva pena de multa, no prevé agravantes ni computa para la reincidencia.
El pasado año, Endesa realizó cerca de 428.000 inspecciones para comprobar la existencia de fraude, muchas de ellas, resultado de las denuncias anónimas realizadas por los ciudadanos. En 2024 se realizaron más de 17.500 inspecciones a partir de denuncias ciudadanas, que permitieron desmantelar más de 3.500 robos de energía. Los ciudadanos pueden avisar de manera anónima cuando advierten alguna anomalía a través del correo electrónico: anomalias@enel.com, del teléfono 800760220 o rellenando un formulario web en la página de e-distribución.