Aunque la inflación y los tipos de interés han tocado techo, su impacto significativo sobre la demanda de familias y empresas se dejará sentir en 2024 y debilitará el crecimiento hasta reducirlo al 2,1%.
La inflación ha superado claramente su punto álgido. El componente energético ha tenido una contribución negativa a la evolución de los precios en los últimos meses, tanto en Estados Unidos como en la eurozona, y los demás componentes -alimentación, servicios y bienes- están perdiendo claramente impulso. El endurecimiento monetario pesa sobre la demanda, por lo que se prevé que tanto la inflación general como la subyacente caigan en 2024.
En este contexto, la aseguradora de crédito prevé que el crecimiento del comercio mundial se ralentice hasta el 0,8% en 2023, desde el 3,0% que registró en 2022. El crecimiento de los intercambios comerciales en 2023 es inferior al previsto hace seis meses, ya que el fin de la política de covid cero en China no generó el impulso esperado a sus exportaciones, y el sector manufacturero está en recesión, especialmente en Europa. De cara a 2024, Crédito y Caución prevé una recuperación del crecimiento del comercio hasta el 2,5%.
El crecimiento del PIB en los mercados avanzados se situará en el entorno del 1,6% en 2023 en un escenario marcado por los altos tipos de interés, la baja confianza de consumidores y empresas y las previsiones de ralentización de la demanda. Para 2024 se prevé un crecimiento muy contenido, del 0,9%. En los mercados emergentes, el crecimiento del PIB se situará en el 4,2% en 2023 y el 3,6% en 2024. Tras estas cifras se esconde una gran heterogeneidad. Los países de Asia volverán a liderar el crecimiento, con India y China como motores, mientras Latinoamérica, afectada por su debilidad estructural e incertidumbre política, irá a la zaga de las demás regiones.
El escenario de referencia de Crédito y Caución prevé una caída de la inflación debido a los efectos del endurecimiento monetario sobre la inflación subyacente en un contexto en el que no se produzcan nuevas perturbaciones de los precios de la energía. No obstante, hay riesgos de que la inflación sea más persistente de lo previsto, por la resistencia del consumo o nuevas subidas del precio de la energía. Esto llevaría a un mayor endurecimiento de la política monetaria por parte de los bancos centrales que provocaría una caída de la demanda de empresas y hogares tanto en los mercados avanzados como en las economías emergentes, con importantes efectos negativos sobre el crecimiento mundial.