Es probable que metidos en la batalla permanente de unos contra otros que día a día se observa la clase política no perciba esta triste imagen e insista una y otra vez en la lucha cainita en la que cada minuto es importante para defenderse del contrario o atacarle sin piedad,
Si uno contempla las sesiones de control del Congreso de los Diputados lo mas probable es que se quedase mudo de la virulencia que se percibe y que incluso en muchos casos llega a los pasillos que circundan el Hemiciclo. Tres cuartas de lo mismo sucede en el Senado y eso que esta cámara ha sido, tradicionalmente mas tranquila, por aquello de que su trascendencia política es mucho menor. Sin embargo, la realidad de la situación de inestabilidad que preside la vida política ha hecho que en el palacio de la `plaza de la Marina Española los debates sean igual de broncos que en el del palacio de la carrera de San Jerónimo.
Y el problema es que no se atisba un a posible rebaja de la presión, Sánchez depende una y otra vez de la sumisión a los independentistas y con esa fórmula es imposible rebajar la tensión `puesto que cada decreto, cada ley, cada movimiento político necesita de una cesión que, cada día es mas compleja, mas difícil y porque los recursos negociables se van agotando.
Lo peor de todo esto es que la imagen se deteriora mas y mas lo que puede terminar por sacar a España de los circuitos de inversión de las grandes corporaciones con lo que eso supondría para un pais somo España que necesita de la inversión extranjera como del agua de mayo.