«El mercado nacional esta paralizado y expectante», resume el director general de la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales (Cesfac), de Saja, quien recuerda que hace un año los precios de cereales como el trigo y el maíz estaban en máximos históricos en los mercados internacionales. Ahora, añade, «estarán un 20% más baratos». Fuentes de Asaja y de Cooperativas Agroalimentarias coinciden en que el mercado esta «inundado» de cereal gracias al corredor del Mar Negro, que permite la exportación del grano ucraniano. En concreto, según datos de la Asociación Ucraniana de Productores de Cereal (UGA, en inglés), España es el segundo país más beneficiado tras China y habría ya importado más de 4,72 millones de toneladas. El gobierno polaco propuso la semana pasada que, desde junio, se introduzcan aranceles y limitaciones a las importaciones de cereal desde Ucrania.
Para Saja (Cesfac) detrás de un mercado nacional retraído hay «una expectativa bajista», es decir, se da por hecho que los precios seguirán bajando, y tampoco la industria dedicada a la fabricación de piensos se encuentra con un crédito más caro frente a unos costes que continúan elevados. «Nadie piensa que vaya a subir el precio a corto plazo», corrobora. Según el Observatorio de Precios que elabora Asaja semanalmente, en su versión más reciente correspondiente a la primera semana de abril, registra pocas operaciones e incluso con un valor a la baja en las lonjas de Salamanca, Córdoba, Sevilla, León, Extremadura y Toledo.
A nivel internacional, según la FAO, el comercio mundial de cereales para la campaña 2022 y 2023 alcanzará los 469 millones de toneladas. Lo que supone un 2,7% menos que en la campaña anterior. Sobre las previsiones de producción, el organismo de la ONU, estima un aumento de las mismas hasta los 786 millones de toneladas. Esto supone la segunda mayor producción registrada. Sobre la Unión Europea calcula mayor producción por «una ampliación de las plantaciones y unas condiciones buenas al comienzo de la primavera». Sin embargo, menciona la «sequedad» de algunas zonas de España, Italia y Portugal.
De momento, los precios internacionales siguen a la baja: el índice de la FAO registró en marzo una caída del 5,6% respecto a febrero y del 18,65% en comparación con el mismo mes del año anterior. A esto hay que sumar que los costes de producción siguen subiendo, aunque menos. En concreto, los fertilizantes se encarecieron un 25,69% en diciembre frente al mismo mes del año anterior por un 23,89% de la alimentación animal, un 14,56% de los productos fitopatolóticos y un 47,13% de los carburantes, entre otros.
«España es un país muy dependiente del cereal» constatan desde Cooperativas. Y como recuerda el director general de Cesfac, el país tiene una fuerte industria de fabricación de piensos para alimentar a la cabaña ganadera que emplean los productores cárnicos y los cerdos que son cebados. Solo en porcino de capa blanca, la patronal del sector Interporc estima la existencia de 86.000 granjas y la generación de unos 161.300 empleos directos que convierten a España en el cuarto productor mundial y el segundo de la Unión Europea (más de 4,6 millones de toneladas anuales).
Fuentes de Cooperativas Agroalimentarias destacan que las empresas españolas sean capaces de importar desde otros países pienso y seguir siendo competitivos frente a otros productores menos dependientes del grano. En este sentido, ambas organizaciones agrarias apuntan que algunos actores de mercado están «reteniendo cereal para mejores tiempos».