Esos datos, a los que tuvo acceso Servimedia, indican que entre enero y abril hubo 39.381,42 hectáreas quemadas en España, cuando la media del último decenio es de 18.731,00 hectáreas. Se trata del segundo año de la década con más superficie arrasada por el fuego, solo por detrás de 2017 (42.404,36). En cambio, los mejores siguen siendo 2016 (3.088,84 hectáreas), 2013 (7.188,39) y 2018 (7.623,23).
En el primer cuatrimestre de este año se registraron 3.530 siniestros forestales, de los que 1.441 fueron incendios (que arrasaron al menos una hectárea) y 2.089 conatos (con menos de una hectárea quemada).
De las hectáreas arrasadas, que abarcan un 0,142% del territorio nacional, un total de 2.325,95 corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto a vegetación leñosa, concretamente 29.374,31 hectáreas de matorral y monte abierto, y 7.681,16 de superficie arbolada.
Por otro lado, el noroeste peninsular (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y las provincias de León y Zamora) concentró el 53,57% de los incendios y conatos forestales en los cuatro primeros meses del año, mientras que el resto de los siniestros se repartieron entre las comunidades interiores (concretamente, las provincias de las regiones no costeras, salvo León y Zamora), con un 28,60%; el Mediterráneo, con un 17,67%, y Canarias, con un 0,16%.
En cuanto a la superficie forestal arrasada por el fuego, el 79,51% pertenece al noroeste; un 11,93% al área mediterránea, y un 8,56% a las comunidades interiores.
La mayor cantidad de superficie arbolada arrasada por el fuego se produjo también en el noroeste (50,97%), por delante del área mediterránea (38,67%), las comunidades interiores (10,35%) y Canarias (0,01%).