No obstante, el Consejo General de Economistas considera que existen ciertas incógnitas para el segundo semestre de este año debido, entre otros motivos, a la reducción de la bolsa de ahorro de las familias y la caída de la demanda interna, el posible freno del turismo, las consecuencias de la sequía y el incremento del precio del dinero con su incidencia directa en el sector inmobiliario y de la construcción.
Comparando el nivel del PIB real actual respecto al momento previo al inicio de la pandemia, éste se sitúa todavía en España un 0,2% por debajo del observado entonces (2,5% por encima en el área del euro), destaca el CGE.
En Europa, subraya que los indicadores del sector servicios están teniendo un mejor comportamiento que los indicadores del sector industrial, hecho que es apuntado también con la observación de los índices adelantados del PMI compuesto y el manufacturero; y es por ello que los países donde el sector servicios es más fuerte, como España, están arrojando una mayor ratio de crecimiento, con su consecuente impacto positivo en el mercado laboral del mismo. Esta situación lleva al CGE a revisar ligeramente a la baja la tasa de paro prevista a final de año en tres décimas, situándola en un 12,7%.
En términos nominales, la deuda pública en circulación sigue aumentando hasta superar los 1.535 miles de millones de euros, un incremento de 32.000 millones en un trimestre y de más de 81.000 millones respecto a marzo de 2022. Considerando que la deuda sigue creciendo (5,58% en tasa interanual en marzo), el Consejero General de Economistas ha procedido a revisar la ratio de deuda pública sobre PIB en dos puntos, hasta el 113%.
Finalmente, el CGE ha subrayado que se esperan nuevas subidas de tipos de interés para intentar controlar la inflación en la eurozona, que ha repuntado hasta el 7% en abril. La tónica general del primer cuatrimestre de 2023 sigue siendo la de contracción tanto de la demanda como de la oferta de crédito al sector privado.