«El 70% de los activos del sistema bancario ruso están sujetos a sanciones. Además, se han inmovilizado alrededor de 20.000 millones de euros en activos de más de 1.500 personas y entidades sancionadas», señala el Consejo Europeo. El organismo, que ha adoptado diez paquetes de sanciones contra Rusia y Bielorrusia, destaca que el objetivo es debilitar la capacidad de Rusia para financiar la guerra, por ello estas medidas están específicamente dirigidas «contra las élites política, militar y económica responsables de la invasión». «Las medidas restrictivas no tienen como objetivo a la sociedad rusa. Por esta razón, algunos sectores como el de la alimentación, la agricultura, la sanidad y los productos farmacéuticos quedan excluidos de las medidas restrictivas impuestas», aclara el organismo.
El portavoz de la Comisión Europea, Wigand, quien ha confirmado las cifras, ha destacado en una entrevista que «la UE se compromete a garantizar que Rusia pague por los daños causados en Ucrania» y por este motivo se están «explorando formas de utilizar los activos rusos congelados e inmovilizados para ese propósito», ha afirmado en declaraciones recogidas por ‘Bloomberg’.
Wigand también ha adelantado que se está trabajando en estrecha colaboración con Suecia, que ocupa la presidencia rotatoria de la UE, «para hacer avanzar las discusiones» sobre las opciones propuestas para utilizar los activos congelados del banco central ruso.
En el Consejo subrayan que los indicadores económicos revelan que las medidas restrictivas contra Rusia adoptadas en Europa y en otros lugares están surtiendo efecto en la economía rusa.
Según el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), 2022 fue un mal año para la economía rusa. Se calcula que, en 2022, el producto interior bruto (PIB) de Rusia cayó un 2,1%. «Es posible que la economía rusa siga contrayéndose en 2023. Se prevé que su PIB disminuya un 2,5% en la hipótesis más pesimista (OCDE) o un 0,2 % según el Banco Mundial. El FMI espera que haya crecimiento en 2023 (0,7%)», subraya el organismo comunitario.
Las medidas restrictivas también están orientadas a las importaciones de determinadas mercancías procedentes de Rusia y a la exportación de algunas mercancías a Rusia. Las cifras, según detalla la Comisión, avalan las sanciones.
«Tanto el Banco Mundial como el FMI calcularon que en 2022 el comercio ruso de bienes y servicios iba a experimentar una caída considerable. Para 2023, se prevé que las importaciones sean superiores a las de 2022, mientras que, según el Banco Mundial, las exportaciones seguirán disminuyendo. De acuerdo con el FMI, se mantendrán casi al mismo nivel», explica la institución.
En el caso de las sanciones contra las importaciones de petróleo que entraron en vigor en diciembre de 2022 han dado lugar a una limitación de los ingresos de Rusia.
«Según la Agencia Internacional de la Energía, los ingresos procedentes del petróleo de Rusia disminuyeron más de una cuarta parte en enero de 2023 (en comparación con enero de 2022). La caída en febrero fue aún más importante (más del 40%)», concluye la Comisión Europea