Sobre el volumen de crédito concedido por la banca, el primer trimestre se cerró en 1,203 billones de euros, por debajo de los 1,219 billones de diciembre. Aunque si se compara con el mes anterior, en marzo crecieron los préstamos en 3.572 millones.
Por tipo de entidades, la morosidad de bancos, cajas de ahorros y cooperativas cerró el tercer mes del año en el 3,4% (por debajo del 3,46% de febrero). Por su parte, en los establecimientos financieros de crédito la tasa subió al 6,48% en marzo, superior al 6,04% anotado en febrero. Según los datos del Banco de España, las provisiones del total de entidades de crédito se redujeron a 30.513 millones de euros en marzo, con un descenso del 1,62% con respecto al mes anterior.
El supervisor incluye entre los dudosos aquellos créditos en los que se ha producido un impago del principal o intereses durante un periodo de más de 90 días, o cuando se considere improbable que el deudor cumpla íntegramente sus obligaciones, aunque aún no haya importes sin abonar. En las cifras citadas se incluye un cambio metodológico en la clasificación de los Establecimientos Financieros de Crédito (EFC), que desde enero de 2014 dejaron de ser considerados dentro de la categoría de entidades de crédito. Sin esta modificación, la morosidad se habría situado en el 3,6%.
Con todo, la evolución de los impagos está siendo más positiva de lo esperado. Pese a ello, el Gobierno se arremangó a finales del año pasado y negoció con las patronales bancarias una ampliación del Código de Buenas Prácticas para proteger a las familias vulnerables con hipotecas a tipo variable. El Ejecutivo calculó entonces que este escudo social podría llegar a hasta un millón de deudores, aunque el Banco de España ha reducido esa cifra a unos 200.000 hogares que sí se podrán beneficiar de forma efectiva, según recoge en su último Informe de Estabilidad Financiera.
Según las cifras publicadas por el supervisor este viernes, un 52% del total del crédito está a tipo variable. Es decir, es la parte que abonará más intereses en función del nivel del euríbor —índice al que se referencia la mayoría de las hipotecas variables—, por lo que los deudores con más estrecheces financieras y este tipo de préstamos podrán sufrir el golpe. Más si cabe con la inflación haciendo mella en su poder adquisitivo. De ahí que en plena campaña electoral se hayan sucedido diversas propuestas para contrarrestar este efecto, la última de Podemos.