Así que Sánchez pidió a los suyos calma, «que nos mantengamos tranquilos y respondamos con argumentos y datos». Y les ha dicho que decidió adelantar las elecciones al verano precisamente por ellos: «Tomé la decisión pensando en vosotros y en vuestro trabajo. Ningún líder puede mirar para otro lado cuando los suyos reciben un castigo tan injusto y tan inmerecido. Sin esconderme, sin desentenderme, nunca lo he hecho», aseguró.
Y eso a pesar de que todos los análisis coinciden que los socialista sestan todavía en un auténtico shock. Arrastrando un duelo difícil de digerir y que nadie esperaba, menos aún con semejante crudeza. El 28-M ha devastado a un partido que hace no demasiado tiempo atravesó una durísima travesía en el desierto y de la que logró sobreponerse tras reconquistar la Moncloa en 2018, hace justo cinco años. El tsunami de la derecha arrasó el domingo a numerosos alcaldes y tumbó a seis de nueve presidentes autonómicos.
El KO para el que no hay un relato oficial que intente explicar qué ha pasado, ha sumido a cuadros y militantes en un estado anímico de total depresión.
Y el problema es que si se pierde el Ejecutivo, penetrará en otro terreno: el relevo del liderazgo y del proyecto, y por ahora no se atisban sucesores, más allá de la sensación, o el deseo, de que a Sánchez le debería reemplazar una mujer, porque sería la primera en hacerse con las riendas de una formación con 144 años de historia.
Ante un partido en esas condiciones, Sánchez ha tratado de animarles a ganar el 23 de julio. Para que así España no retroceda «ni un milímetro de suelo», para que siga avanzando. Porque las elecciones, cree, no están ni mucho menos ganadas para la derecha ni el cambio de ciclo es una realidad. Porque esa ola de la derecha «envalentonada» se puede frenar: «En España, podemos pararla, por nuestros hijos y por nuestras hijas. Tenemos que hacerlo por nuestros hijos y por nuestras hijas, por nuestros mayores, que tienen muy presentes lo que les representa ese pasado, por los hombres y mujeres que queremos la mejor de las Españas. Por todos ellos y ellas, el PSOE debe parar esta corriente reaccionaria. Podemos frenarla, y estoy convencido de que si nos movilizamos, en España no va a suceder lo que estamos viendo en otras naciones. ¡Así que vamos a ganar las elecciones el próximo 23 de julio!»