El estudio destaca que, a pesar de que la demanda de vivienda nueva se ha contenido debido al encarecimiento de la financiación con el alza de los tipos de interés, la oferta sigue por debajo de lo demandado. Una tendencia que la consultora prevé que continúe en los próximos meses, aunque probablemente se tienda a equilibrar.
La escasez de obra nueva, igualmente, ha derivado en un traslado de la demanda de vivienda nueva a la de segunda mano, con ligeros descensos de la oferta, especialmente en zonas con una demanda activa, por lo que han aumentado los tiempos de venta de este mercado, sobre todo en localidades más pequeñas, donde la consultora destaca que «ya se empiezan a notar los ajustes en los precios de venta».
El mapa, que muestra los desarrollos inmobiliarios en las capitales de provincia y núcleos urbanos, destaca que el stock de vivienda disponible «continúa siendo poco significativo», además de que se nota una escasez de suelo urbanizable con incrementos en los precios del suelo y costes de construcción que «dificultan la puesta en marcha de nuevos desarrollos para uso residencial». Asimismo, destaca que esta dinámica difiere de la que se experimenta en municipios de menos tamaño, tanto en el ámbito residencial como en los de usos alternativos, donde la actividad es más pausada, tanto en construcción como en comercialización. En estas localidades se mantienen los precios e incluso muestran descensos ligeros en el interior de las provincias.
Otra consecuencia inmediata de esta desaceleración es el interés promotor e inversor de vivienda libre y protegida destinada al alquiler (build to rent), sobre todo en zonas de fuerte actividad económica, académica y turística, con presión de las rentas al alza. Además, esta oferta se comienza a ajustar a las preferencias de la demanda, por lo que se desarrollan más viviendas de alta calidad, con amplias terrazas, espacios libres, zonas ajardinadas y con buen nivel de eficiencia energética.
Otra tendencia que también destaca la consultora en el mapa es la «excepcional dinámica» que tiene el sector hotelero como consecuencia de un turismo recuperado, con ocupaciones cercanas a las registradas antes de la pandemia de la Covid-19, lo que ha hecho que haya un alza de los precios.
Esto ha provocado un «apetito inversor» en los segmentos, tanto urbano como vacacional, en ciudades como Barcelona, Madrid o Granada y en costa como Málaga o las Islas Canarias. «Además, se está apostando por atraer un turismo de calidad y alto poder adquisitivo, incrementando la oferta de lujo y super lujo que incorpore servicios adicionales de salud y bienestar, gastronómicos, ocio, o espacios comerciales, que requiere de operadores especializados», señala Sociedad de Tasación.
La otra cara de la moneda se la llevan el sector terciario (retail y oficinas) donde se aprecian «ligeros signos de reactivación» con mejora de las ratios de ocupación y precios que, sin embargo, no alcanzan los niveles prepandemia. Con una diferenciación clara entre ubicaciones ‘prime’ (con reactivación más activa) y la periferia de las ciudades, donde la situación es de desaceleración, y con una tendencia de cambio de uso de locales comerciales a residencial.
La peor parte se ha visto en el sector industrial, que «continúa en fase de estancamiento», indica el informe. La excepción se nota con «los activos logísticos». Los desarrollos que han captado mayor interés han sido aquellos situados junto a las principales vías de acceso a las grandes capitales o núcleos de tamaño medio, con ubicaciones estratégicas.