La quiebra del Silicon Valley Bank y el rescate in extremis de Credit Suisse hicieron temblar los mercados financieros en los meses de marzo y abril. La cicatriz de la crisis bancaria que desencadenó en la Gran Recesión aún sigue muy reciente. “Los bancos de la zona del euro han demostrado su resistencia a las tensiones recientes fuera de la zona del euro, pero los costes de financiación más elevados y una calidad de los activos menor puede lastrar su rentabilidad”, apunta el informe del BCE. “Aunque las condiciones económicas han mejorado un poco, las inciertas perspectivas de crecimiento, junto con la persistente inflación y unas condiciones financieras más tensas, pesan en los balances de las empresas, los hogares y los gobiernos”, añade el BCE.
Los resultados de la banca durante el primer trimestre han sido muy buenos, igual que los cosechados el año pasado. Las subidas de tipos del BCE han permitido a las entidades mejorar claramente sus márgenes: cobran más por las hipotecas mientras que siguen pagando poco por los depósitos. Pero el organismo con sede en Fráncfort advierte de que la situación económica se va deteriorando, “lo que podrían llevar a ajustes de los precios desordenados en los mercados financieros e inmobiliarios”. El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, ha explicado al presentar el informe que “en la medida en que ajustamos la política monetaria para reducir la elevada inflación, esto puede revelar vulnerabilidades en el sistema financiero”.
El informe destaca que las empresas de la zona del euro afrontan unas condiciones financieras “más severas”, lo que puede ser difícil sobre todo para aquellas que durante la pandemia se endeudaron mucho y redujeron sus beneficios. Los bancos ya atisban una posible subida de la morosidad y están empezando a cerrar el grifo del crédito. Además, la elevada inflación ya está golpeando a los hogares, sobre todo a los de ingresos más bajos al reducir su poder adquisitivo y poner en peligro su capacidad de devolver los créditos. “La demanda de nuevos préstamos, especialmente hipotecas, ha caído con fuerza en el primer trimestre de 2023 en respuesta a las subidas de los tipos de interés”, según de Guindos.
Entre las noticias positivas está la reciente caída de los precios de la energía, lo que ha reducido la presión sobre los Gobiernos. No obstante, las autoridades públicas afrontan un aumento de los costes de financiación por el encarecimiento de sus emisiones de deuda soberana, tras muchos años de tipos cero.
Por otra parte, el BCE está siguiendo muy de cerca la corrección de los precios en los mercados inmobiliarios de la zona del euro. Las subidas de los precios de la vivienda se han enfriado considerablemente durante los últimos meses y por ello se ha reducido la sobrevaloración del sector, según el BCE. Hasta ahora los ajustes de los precios han sido ordenados, “pero podrían volverse desordenados si el aumento de los tipos de interés hipotecarios reducen la demanda. los mercados inmobiliarios de propiedad comercial siguen a la baja por la subida de los tipos de interés y las inciertas perspectivas económicas”, señala el informe. “La actual corrección podría poner a prueba la resistencia de los fondos de inversión con intereses en el sector inmobiliario comercial”, añade el BCE.
Las sobrevaloraciones, unas condiciones financieras más duras y una liquidez de mercado menor, pueden aumentar el riesgo de que los ajustes de los precios se vuelvan desordenados, especialmente si se produce una recesión. De momento, los fondos de inversión apenas se han visto afectados por las tensiones en los sectores bancarios de Estados Unidos y Suiza, “pero esto podría cambiar, si los fondos necesitan liquidez de repente y se ven obligados a vender activos rápidamente”, según de Guindos.
Los bancos de la zona del euro han sido resistentes a las tensiones de las entidades de EE UU y Suiza por “sus exposiciones son limitadas”. Esta resistencia estuvo apoyada por sus fuertes posiciones de capital y liquidez y el trabajo de los supervisores bancarios los últimos años. Por ello el BCE considera que es esencial “preservar esta resistencia” en un momento que para algunos bancos es más difícil acumular capital porque los tipos de interés reducen los volúmenes de préstamos de los bancos y aumentan sus costes de financiación, lo que puede reducir su rentabilidad.
El BCE alerta también de que ya hay signos de un deterioro de la calidad de las carteras de préstamos expuestas al sector inmobiliario comercial, a empresas más pequeñas y de créditos de consumo. Por ello algunos bancos deberán disponer de más fondos para cubrir pérdidas y gestionar sus riesgos de crédito. En este sentido, el BCE considera también que es esencial completar la unión bancaria, en concreto, establecer un fondo de garantía de depósitos para toda la zona euro.
Según el informe semestral sobre la estabilidad financiera de la zona euro, el BCE concluye que las perspectivas de estabilidad financiera de la región «siguen siendo frágiles», en el contexto de las recientes tensiones bancarias fuera de la unión monetaria.
«A medida que endurecemos la política monetaria para reducir la alta inflación, esto puede revelar vulnerabilidades en el sistema financiero», ha advertido el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, en la presentación del informe, subrayando la importancia «fundamental» de controlar tales vulnerabilidades e implementar completamente «la unión bancaria para mantenerlas bajo control».
En cualquier caso, el vicepresidente del BCE ha subrayado que la estabilidad de precios «es crucial» para una estabilidad financiera sostenible. En el caso de los mercados financieros y los fondos de inversión, el BCE señala que estos siguen siendo vulnerables a los ajustes de precios de los activos, subrayando que las altas valoraciones, las condiciones de financiación más estrictas y la menor liquidez del mercado podrían aumentar el riesgo de que cualquier ajuste se vuelva desordenado, especialmente en caso de que se renueven los temores de recesión.
En particular, el informe del BCE advierte de que los mercados inmobiliarios de la zona del euro están experimentando una corrección, incluyendo un enfriamiento considerable de las subidas de precios en el segmento residencial, reduciendo la sobrevaloración del sector. «Si bien los ajustes de precios han sido ordenados hasta ahora, podrían volverse desordenados si las tasas hipotecarias más altas reducen cada vez más la demanda», apunta la institución.
Asimismo, señala que el segmento inmobiliario comercial continúa en recesión, enfrentando condiciones de financiación más estrictas y una perspectiva económica incierta, así como una demanda más débil luego de la pandemia, y alerta de que corrección en curso podría poner a prueba la resistencia de los fondos de inversión con intereses en el sector inmobiliario comercial.