El objetivo es proteger las masas forestales que rodean las líneas eléctricas y garantizar la calidad y continuidad del suministro eléctrico. En el último año se han realizado inspecciones termográficas en cerca de 50.500 kilómetros de líneas.
Garantizar la calidad y continuidad del suministro eléctrico y disminuir al máximo el riesgo de incendio en las masas forestales que rodean las líneas eléctricas. Ese es el objetivo de los trabajos desarrollados por e-distribución, la filial de redes de Endesa, para llegar al periodo estival con las instalaciones a punto. Helicópteros, drones, I+D y trabajos de campo se conjugan para proteger el medio natural que convive con las líneas eléctricas en la denominada Campaña de Verano, en la que Endesa invertirá 58,3 millones de euros este año.
“Trabajamos durante todo el año para llegar a la época estival con los deberes hechos. El plan verano se apalanca en tres ejes: la tala y poda en el entorno de las líneas eléctricas, inspecciones de las líneas para sacar el máximo rendimiento del mantenimiento preventivo y actuaciones en la red para asegurar la continuidad del suministro eléctrico y minimizar el riesgo de incidencias”, señala Revuelta, director general de Redes de Endesa. La limpieza y el cuidado de la masa forestal que crece alrededor de la red eléctrica, el uso de helicópteros para realizar termografías y vídeos HD e inspecciones visuales y las revisiones exhaustivas de todas las instalaciones de la compañía se realizan de forma continuada y periódica en todo el territorio en el que Endesa gestiona la red de distribución (Cataluña, Andalucía, Canarias, Baleares, Aragón y Badajoz), que suma casi 318.000 kilómetros de líneas, el equivalente a dar ocho vueltas a la Tierra.
El 60% de las líneas eléctricas que gestiona Endesa son aéreas y, por lo tanto, conviven de alguna forma con zonas boscosas o con vegetación. Por eso una de las tareas esenciales es la tala y poda selectiva de la masa forestal —árboles, sotobosque y arbustos— que crece alrededor de las líneas eléctricas, respetando el espacio estipulado por la Administración entre el bosque y los cables más cercanos. Estos trabajos se realizan siguiendo los criterios de colaboración con agentes de cada territorio y han supuesto una inversión de 17,3 millones de euros este año.
La creación de corredores debajo de las líneas eléctricas que actúan como cortafuegos naturales es una tarea esencial a la que se incorporan cada año nuevos elementos como una máquina desbrozadora teledirigida que mejora las condiciones de seguridad y salud de las personas que ejecutan trabajos de tala y poda.
Además, Endesa dispone de una aplicación móvil para reportar incidencias in situ susceptibles de originar un incendio forestal. El objetivo de la herramienta es indicar cualquier elemento que se localice alrededor de las infraestructuras eléctricas y que pueda suponer un riesgo para el entorno natural (restos vegetales, un vertedero incontrolado, etc.). Esta aplicación permite generar automáticamente unas fichas con las coordenadas geográficas con las que se notifican las incidencias a la autoridad competente para que se proceda a retirar la potencial amenaza.
Otra de las actuaciones realizadas es el escaneo láser del 100 % de las líneas aéreas de alta tensión con una combinación de tecnología GPS y sensores láser, llamada LIDAR (Light Detection And Ranging). Mediante este sistema se ha creado un fichero informático con una nube de puntos georreferenciados que, desde una aplicación, permite medir cuáles son las distancias entre los cables y la vegetación, así como realizar estudios de crecimiento de la masa forestal, una información muy útil a la hora de prever trabajos de tala y poda selectiva. La novedad de la campaña de bosques de este año es la incorporación de drones con esta tecnología que crea un mapa 3D de la red y su entorno.
Dentro de los programas de mantenimiento de las líneas eléctricas, y como medida preventiva, la compañía realiza inspecciones con helicóptero, donde coloca cámaras termográficas y graba vídeos de alta definición para después inspeccionarlos en detalle y procesar la información de un modo cada vez más semiautomático (aplicando técnicas de machine learning) o automático (deep learning). Una vez recibidas las fotografías y los termogramas obtenidos en las inspecciones, la información pasa a formar parte de una gran base de datos que permite ver cuáles son los problemas más habituales.
La termografía consiste en sobrevolar las líneas eléctricas con un helicóptero dotado de una cámara de rayos infrarrojos, que graba el cable y detecta si hay o no algún punto caliente (con una temperatura superior a la del propio cable, es decir, con riesgo de sobrecalentarse), algo imposible de detectar a simple vista y que puede indicar un mal funcionamiento del cableado por un deterioro prematuro debido a la acción de efectos adversos, principalmente meteorológicos. En el caso de detectar alguna anomalía, como las coordenadas del «punto caliente» quedan registradas, automáticamente se activa el mecanismo para arreglarlo de forma rápida. Este mantenimiento predictivo y preventivo de las instalaciones de la compañía permite evitar posibles incidencias y futuras averías.
Las revisiones termográficas no solo se realizan con helicóptero, sino que también se complementan con revisiones oculares aéreas a pie de línea hasta completar 50.500 kilómetros de líneas revisadas en 2023. Además, durante todo este año, tanto a pie como en un vehículo todoterreno —equipado con una cámara especial— se han recorrido las líneas inspeccionando termográficamente los puntos con más riesgo, como los cruces con autopistas, carreteras y ferrocarriles. En total, la inversión dedicada a estas revisiones alcanza los 4,8 millones de euros.
Endesa utiliza además drones para comprobar el estado de la red eléctrica. Están equipados con cámaras de alta resolución estabilizadas giroscópicamente que permiten captar imágenes de las líneas, especialmente en puntos de difícil acceso, sin tener que interrumpir el servicio a los clientes. El dron con tecnología LIDAR se suma a los ya habituales: los de óptica convencional y los aparatos que realizan también termografías.
Los drones permiten agilizar las inspecciones visuales en detalle de los elementos del cableado aéreo, ya que no se tiene que programar un corte en el suministro para que los técnicos examinen la infraestructura, lo cual mejora la continuidad del servicio, y al mismo tiempo aporta más seguridad.
Además, e-distribución ha empezado a utilizarlos para verificar la anchura de los corredores y senderos de seguridad que se encuentran debajo y a los lados de la línea y que actúan como cortafuegos, de forma que sirven para auditar la tala y la poda, y podrían realizar reconocimientos aéreos del terreno en caso de situaciones de emergencia.