En declaraciones a la prensa antes de inaugurar la III Cumbre de Autoconsumo y Comunidades Energéticas organizada por la Unión Española Fotovoltaica, Ribera señaló que la reforma de la tarifa regulada de la luz que aprobará el Ejecutivo estará «en línea con lo que ha sido el trabajo de este último año», con el documento que se lanzó a información pública por el Ministerio y las recomendaciones de mejora que se han recibido de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.
De todas maneras, subrayó que se dará un plazo «para que todos los actores en el sistema puedan ir incorporando esas novedades» en la nueva metodología, encaminada a reducir la volatilidad que se vivió en el precio de la electricidad y que se reflejaba en el mercado mayorista». La tarifa regulada actual está directamente indexada al precio del mercado mayorista y, lo cierto es que aunque esperamos que no se vuelva a repetir el tipo de turbulencias que hemos vivido en el año 2022, esto generó una gran inestabilidad, perjudicando enormemente a los pequeños consumidores y a las familias más grandes».
Por ello, Ribera consideró la necesidad de que España, un país con «poca interconexión con el resto del continente europeo», introduzca en su tarifa regulada «algunos factores moduladores vinculados al precio de la electricidad a medio y largo plazo». Así, la ministra aseguró que se dará de plazo hasta principios de 2024 para que los agentes puedan adaptarse a la nueva metodología y «poder ofrecer esta tarifa sin problemas y que todos, consumidores y comercializadores, puedan ajustar sus propuestas y sus ofertas a esta nueva realidad, más segura y mucho menos volátil», dijo.
La aprobación de esta nueva PVPC es uno de los compromisos del Gobierno con la Comisión Europea cuando se recibió el visto bueno a la aplicación de la denominada ‘excepción ibérica’ para España y Portugal.
En octubre del año pasado, el gabinete dirigido por Teresa Ribera ya lanzó a información pública su propuesta de Real Decreto para reducir esa volatilidad de la tarifa regulada, dando mayor peso a las referencias a los mercados de futuros, que crecerán progresivamente hasta representar el 55% en 2025. Así, se incorporará a la fórmula de cálculo del PVPC -contratada por los titulares de unos nueve millones de puntos de suministro, el 35% del país- una cesta de precios a medio y largo plazo para evitar las fuertes oscilaciones, sin perder las referencias de precios a corto plazo que fomentan el ahorro y el consumo eficiente.
Indexado a los precios diarios del Mercado Ibérico de la Electricidad (Mibel), el PVPC fue la opción más barata para los pequeños consumidores desde su creación en 2014. Sin embargo, esta relación directa con los precios mayoristas a corto plazo ha llevado a que sus variaciones, con acusados picos y alzas por la guerra en Ucrania en los últimos tiempos, se reflejen automáticamente en las facturas finales.
De esta manera, se reducirá progresivamente la vinculación del PVPC al mercado diario y se tendrán en cuenta los precios más estables que ofrecen los mercados a plazo del Mibel, donde se adquiere energía con antelación en distintos horizontes temporales futuros. Para ello, la oscilación de precios -la variación entre el registro máximo y el mínimo- se reduce un tercio, pasando del 27% al 17% durante la jornada diaria, y del 23% al 16% en la media mensual durante el año completo.
Además, los precios diarios del Mibel representan el 100% de la referencia del PVPC y ahora esa proporción se irá reduciendo progresivamente, para incorporar las referencias de los mercados de futuros, de modo que éstos representen el 25% en 2023, el 40% en 2024 y el 55% en 2025.