A modo de ejemplo, el Ejecutivo apunta en una respuesta parlamentaria que la utilización de las plantas de regasificación del sistema gasista fue un 48% superior en el año 2022 respecto a 2021, llegando a descargar un total de 338 buques frente a los 254 del año precedente, mientras que los almacenamientos subterráneos llegaron a alcanzar el 1 de noviembre de 2022 un nivel de llenado del 94%, frente al 80% del año 2021.
España no tiene conexión vía gasoducto con Rusia, pero sí dispone de plantas regasificadoras que pueden transformar el gas natural licuado (GNL) en gas natural. De hecho, las plantas españolas tienen la capacidad suficiente para acoger a grandes metaneros que transportan el GNL bien sea para almacenarlo aquí o bien para luego transportarlo en barcos más pequeños a otros territorios del continente como Livorno (Italia).
Si se tiene en cuenta que el suministro de gas ruso se ha cortado como consecuencia del conflicto bélico, el resultado es que las infraestructuras gasistas españolas en el año 2022 «han alcanzado el nivel de uso más elevado de los últimos 15 años», detalla la respuesta parlamentaria registrada en el Congreso a una batería de preguntas firmadas por varios diputados de Vox.
En una respuesta parlamentaria el Ejecutivo explica que España se encuentra, en realidad, en un escenario de reducción paulatina de la demanda de gas natural a corto y medio plazo. No obstante, advierte el Gobierno, esto «no es incompatible» con que el año pasado el sistema gasista español hiciera «sus mayores esfuerzos para maximizar la capacidad ofertada al mercado para aliviar, en lo posible, las consecuencias de la reducción de los flujos de gas ruso a Europa».En esta misma respuesta el Gobierno recuerda que tiene el objetivo de alcanzar una economía neutra en carbono en el año 2050, en línea con la Unión Europea. Una meta, dice el Gobierno, que se ha visto reforzada por el contexto geopolítico originado como consecuencia de la invasión de Ucrania.
Prueba de ello es que el Consejo de la Unión Europea aprobó de forma voluntaria una reducción del 15% la demanda de gas natural en todos los países de la UE. En consonancia, el Ejecutivo aprobó, en octubre de 2022 el Plan + Seguridad Energética, que busca también reducir el consumo nacional de gas natural.
Se descarta ampliar la red de interconexiones
En otras respuestas parlamentarias, también a preguntas de Vox, el Gobierno ha desdeñado ampliar la red de interconexiones de gas natural, ya que esta, apunta el Ejecutivo, ha «resultado históricamente suficiente para el intercambio de este recurso energético. A pesar de ello reconoce que el contexto geopolítico acontecido durante 2022 ha supuesto la necesidad de adoptar «actuaciones extraordinarias que aporten más seguridad frente a los precios de la energía» y que también contribuyan a incrementar la seguridad de suministro de la Unión Europea y fomenten la dependencia energética del gas natural.
El Gobierno justifica su rechazo de esta ampliación de la red por la reducción paulatina del consumo de gas natural en todos los países de la Unión Europea a medio y largo plazo, ya que supondría una condición «que limita la necesidad de construcción de nuevas infraestructuras a aquellas imprescindibles para garantizar la seguridad de suministro».
En una última respuesta escrita el Gobierno se refiere al hidrógeno y deja claro que la postura de España es que esta materia sólo se produzca a partir de energías renovables y nunca con energía nuclear.