En marzo de 2023 había 32.217 camareros asalariados menos que un año antes de que estallara la pandemia y 3.314 cocineros menos, que se suman a los 12.736 profesionales autónomos que desempeñaban estas dos funciones y eran propietarios del negocio, lo que junto a los ayudantes de cocina (8.840) y los gerentes (769) suma una pérdida de cerca de 60.000 trabajadores en el ámbito de la restauración desde 2019. El sindicato ha vinculado directamente esta caída a las condiciones laborales y salariales que ofrece el sector, en el que recuerdan que está normalizado el salario informal a través de propinas, las horas extra no remuneradas y el salario medio roza el Salario Mínimo Interprofesional (SMI). En 2022, la remuneración media del sector se situaba en el 53% del salario medio en España.
Desde CC OO se recuerda que el parón económico llevó a que muchos empleados del sector entrasen en ERTES en los que estaba garantizado el 70% de su renta, en la que lógicamente no estaban incluidas las propinas, ni los pagos en B que son habituales en el sector, lo que les impulsó a buscar otras alternativas laborales. Así es difícil que ahora se planteen el regreso al sector, ya que a menudo ni siquiera tienen garantizada una carga de trabajo que se extienda durante todo el año o acceso a una vivienda, porque las zonas más turísticas son precisamente las más tensionadas.
Por ello, apelan a abordar la situación de los fijos discontinuos y de los trabajadores temporales en el nuevo Acuerdo Marco de la Restauración que actualmente negocian patronal y sindicatos. Los portavoces del sindicato consideran inadmisible que todavía no se haya fijado una carga mínima para los trabajadores que tienen un contrato indefinido de estas características y que se mantengan más de 50 modelos diferentes de contratos de duración determinada dentro de este sector. El convenio actual está vigente hasta el mes de diciembre, por lo que las partes se comprometieron a tener «cuestiones cerradas y enfocadas», sin embargo, denuncian que alcanzado este plazo la situación no es así y reprocha que «la patronal está bastante apática».
En términos de empleo, la evolución ha sido más positiva en el sector hotelero, que a pesar de registrar una disminución en el personal de limpieza contratado (10.795), ha incrementado el número de afiliados de empleados en agencias de viaje, recepciones de hoteles o atención telefónica (6.417). El sindicato ha celebrado que la mayoría de alojamientos del país ya sean de 4 o 5 estrellas y cada vez más empresas hayan dejado de apostar por el turismo de precios bajos, dado que entienden que esto tiene beneficios directos para las condiciones salariales y laborales de sus empleados. En cambio, arremeten contra la vivienda turística que aseguran, «ha ocasionado la desvalorización del servicio de alojamiento y el rechazo ciudadano de los vecinos que han tenido que soportar los efectos negativos de un turismo de ínfima calidad»