En su opinión, el colchón generado durante la pandemia ha sido clave para mantener bajos los niveles de morosidad en empresas y familias y solo se ha producido una desviación de la mora en el caso de los créditos con aval del ICO. “Están por encima del 7%, pero está dentro de los niveles esperados porque esos créditos se concedieron a las empresas que más sufrieron durante la pandemia”. Preguntado por si el nuevo escenario económico acelerará las fusiones entre empresas, Martínez Pina ha remarcado que será la tercera fase de integraciones desde la Gran Recesión de 2008 y que no tendrá nada que ver con las dos anteriores. “Desde 2008 hubo mucho movimiento corporativo por la mala calidad de los balances. En un segundo ciclo de tipos muy bajos, las fusiones tuvieron como principal razón la búsqueda de eficiencia y la digitalización de las entidades. Ahora tenemos un entorno muy diferente sin ambos catalizadores”. El socio de Transacciones de PwC no prevé una oleada de operaciones, pero sí un ritmo normal de integraciones entre empresas. “Los bancos van a ir ganando rentabilidad y los movimientos corporativos le van a dar escala. Siempre ha habido operaciones y siempre las habrá”.
Una operación que ha quedado en solfa ha sido la compra por parte de Credit Suisse por parte de UBS. En las semanas previas al cierre de la adquisición, el banco suizo hizo público que había detectado “debilidades materiales” en sus informes financieros de los dos últimos años debido a la ineficacia de los controles internos. Este descubrimiento generó una salida de fondos sin precedentes que llegaron a superar los 5.000 millones de dólares a finales de abril. ¿Podría suceder esto en España? “Son situaciones especificas que no deben trasladarse a España, pero hay lecciones valiosas que aprender. Hemos visto el poder de las redes sociales en difundir información a una velocidad pasmosa y forzar salidas de dinero de las cuentas corrientes. Tenemos que aprender de eso”.