La oferta de empleo generada en España durante 2022 creció un 25,31% respecto a los valores registrados el año anterior. A pesar del convulso escenario socioeconómico global, la normalización de la situación sanitaria y la retirada total de las medidas de restricción impuestas para controlar la pandemia han sido un importante motor de crecimiento para muchas empresas. Esto ha impulsado el empleo hasta niveles que no se veían desde antes de la crisis económica de 2008.
La incertidumbre económica ha sido la gran protagonista en el 2022, derivada principalmente del conflicto en Ucrania y el alza de los precios en la energía, las materias primas, los alimentos y los tipos de interés. A pesar de todos estos obstáculos, el mercado de trabajo español ha aguantado y ha terminado el año con cifras muy positivas.
Los datos que se publicaron el pasado diciembre mostraban cifras de paro que bajan hasta el 12,87%, lo que supone su nivel más bajo en 15 años. Otro dato positivo que arroja este año son los más de 20 millones de personas ocupadas que se han alcanzado (la cifra más elevada desde la crisis financiera de 2008), y que confirma el crecimiento experimentado, especialmente en la primera mitad del año. Aunque ni las empresas ni los profesionales se mostraban muy optimistas con la evolución del mercado laboral en 2022, nuestro PIB creció un 5,5%, un punto por encima de lo que se esperaba, a pesar de la inflación y la incertidumbre por la guerra. En los primeros seis meses de 2022 el mercado de trabajo siguió recuperándose a buen ritmo. Pero en el segundo semestre del año la economía se desaceleró, y con ella la creación de empleo, hasta caer en el último trimestre del año, y el volumen de desempleados volvió a superar los 3 millones.
Según los expertos, 2023 será un año de crecimiento, aunque no tan robusto. La incertidumbre en torno al conflicto en Ucrania es una de las principales amenazas, a lo que se suman las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, las políticas de los bancos centrales en torno a los tipos de interés y el precio de las materias primas. Además, en el caso de España, hay que añadir la celebración de elecciones a todos los niveles.
También se espera que el mercado de trabajo crezca, aunque dependerá en gran medida de cómo evolucionen todos estos factores externos e internos. En los últimos meses de 2022 las convocatorias de subvenciones y las publicaciones de licitaciones crecieron de forma exponencial, lo que se espera fomente las inversiones y con ellas el empleo gracias al apoyo de los fondos europeos NextGenEU. Hasta la fecha de publicación de este informe, al menos 35.000 millones de estas ayudas comunitarias ya han sido movilizadas.
Y, además, acaba de cumplirse un año de la entrada en vigor de la última reforma laboral, que ha supuesto nuevos modelos de contratación y una reducción de la temporalidad.
Evolución de la oferta de empleo
Superada la pandemia, las empresas fueron retomando poco a poco su actividad a lo largo de todo el 2021, un año de recuperación también para el empleo, que aumentó un 44,7% respecto a los valores registrados en 2020. Esta tendencia positiva iniciada en 2021 se ha mantenido también durante 2022. En este último ejercicio las ofertas de empleo se han incrementado un 25,31%.
Pero el reparto de este incremento en la oferta de empleo nacional no ha sido equitativo entre todas las autonomías españolas. Durante el último año la Comunidad de Madrid (23,55% de todas las ofertas de empleo), Cataluña (22,24%) y Andalucía (10,42%) han sido los motores del empleo en nuestro país. Estas tres comunidades concentran el 56,21% de la oferta. Aunque de las tres, sólo Madrid y Cataluña han incrementado su aportación.
También han sido las comunidades que más han crecido en este último año (3,33 puntos porcentuales y 2,27 p.p., respectivamente). La autonomía andaluza por su parte ha visto caer su aportación a la oferta de empleo nacional 8 décimas con respecto a 2021.
Tras ellas se sitúa el País Vasco, que aglutina el 7,69% de la oferta de empleo, tras ceder 4 décimas interanuales. La Comunidad Valenciana cierra este año el top 5 con el 7,46% de vacantes, valores similares a los del año pasado. Abandona ese quinteto Castilla y León que es la comunidad que más ha reducido su aportación al total nacional en este último año (6,56%; -1,23 p.p.) y queda ahora en sexta posición.
En la cola de la tabla se sitúan Asturias (1,10%; -0,08 p.p.), Islas Baleares (1,04%; +0,04 p.p.) y La Rioja (0,96%; -0,13 p.p.), las regiones que menos empleo han generado.
Desde otro ángulo, si nos centramos en el comportamiento de la oferta de empleo dentro de cada comunidad autónoma, Islas Baleares es la región donde más se ha incrementado el número de ofertas publicadas, un 39,32% más respecto a 2021. Esto es así porque durante los dos años de restricciones por la pandemia el archipiélago fue una de las autonomías más afectadas por la caída del empleo y por los ERTEs. Por lo tanto, con la recuperación, la oferta de empleo ha vuelto a crecer notablemente. Tras ella, Cataluña experimenta el segundo mayor crecimiento de su oferta, un 21,22% interanual, y en tercer lugar se encuentra Navarra, que ha incrementado su número de vacantes un 16,96% en el último año.
Del otro lado, el mayor retroceso en el número de vacantes publicadas lo ha vivido Galicia, donde se han publicado un 18,43% menos de ofertas. Tras ella, las mayores caídas se han dado en Asturias (-15,60%) y Extremadura (-13,91%).
Por sectores, Servicios es el que más puestos de empleo ha ofrecido en 2022 (un 8,97%; +2,60 puntos porcentuales) y también el que más ha crecido interanualmente, debido principalmente a la a buena evolución que ha tenido la industria del ocio y entretenimiento, y también de las compañías relacionadas con las áreas de calidad, medio ambiente, comercio exterior y transporte. Le siguen Transporte de mercancías y logística (7,36%; -0,19 p.p.) y Comercio y distribución minorista (6,36%; -1,64 p.p.).
Además de la subida de este sector, los incrementos más importantes respecto a 2021 se han registrado en los sectores de Inmobiliarias (5,32%; +1,2 p.p.), Cosmética y belleza (1,94%; +1,18 p.p.) Alimentación, Bebidas y Tabaco (3,91%; +1,02 p.p.) e Informática (5,03%; +0,94 p.p.).
Mientras que Sanidad ha protagonizado la caída más importante (-3,11 p.p. para quedarse con el 6,32% de las ofertas), acompañada por el sector industrial (4,42%; -2,24 p.p.) y por Seguros (3,24%; -1,20 p.p.).En cuanto a la distribución funcional del empleo, la función de comercial y ventas ha liderado el mercado de trabajo español durante el pasado año (23,41%; +4,54 p.p.), junto a la de ingeniería y producción (18,68%; -1,29 p.p., con la segunda caída más importante), compras, logística y transporte (16,75%; -1,25 p.p., el tercer mayor retroceso interanual), y tecnología, informática y telecomunicaciones (11,63%; igual que el año pasado). Las cuatro concentran el 70,47% del total. La bajada más importante está, por segundo año consecutivo, en el área de atención al cliente (7,47%; -1,81 p.p.), un departamento que fue clave para las empresas durante el primer año de pandemia al realizarse la mayoría de transacciones de manera online, y que ya en 2021 perdió mucho peso en la distribución de la oferta de empleo.
Evolución de la actividad económica vista desde todos los ángulos: contrataciones, despidos y salarios
EMPRESAS,-La recuperación iniciada en 2021 se ha ralentizado en el último año, por la incertidumbre y los problemas económicos que ha generado el conflicto entre Rusia y Ucrania en toda Europa. Este primer año postpandemia ha estado marcado por una subida descontrolada de los precios y de la inflación, que ha afectado tanto a empresas y autónomos como a trabajadores en varios aspectos.
En cambio, solo un 35,8% de las empresas consultadas han visto alterada su productividad por la inflación y la incertidumbre económica vivida el último año. Mientras que un 54,3% afirma que no les ha influido, y un 9,9% sostiene que incluso han aumentado su producción.
Sin embargo, sí que ha afectado de forma mayoritaria a los salarios, según declaran un 65,6% de las compañías. Así, un 49,7% de las empresas consultadas dicen que han tenido que aumentarlos, mientras que un 15,89% los ha reducido.
Entre las razones que esgrimen las organizaciones como aspectos más importantes para poder subir los salarios están, en el 60,3% de los casos, la disminución de cotizaciones a la Seguridad social, en un 58,9% la productividad alcanzada por los empleados, y en un 29,1% conseguir perfiles más cualificados. Otro 29,1% cree que podría pagar más si tuviese mayores beneficios empresariales, un 25,8% lo haría si consiguiese ahorrar de otros costes internos de la empresa, un 22,5% se han visto condicionados por reforma laboral, y un 19,9% lo hacen para ayudar a paliar el aumento del IPC.
Además, solo el 40,4% de las empresas encuestadas ofrecen adicionalmente retribución flexible a sus empleados. Entre los productos/servicios que ofrecen destacan: las dietas por desplazamientos (17,2%), la formación externa (16,6%), la cesta de Navidad (15,2%) los seguros médicos (11,3%) y coches de empresa (10,6%).
En este contexto, entre las compañías consultadas, un 56,3% se vio obligada a realizar despidos durante 2022. En un 33,3% de los casos, por la situación económica y una disminución de ingresos. Ingeniería y producción (31,8%), comercial y ventas (30,3%), administración y servicios generales (24,2%), atención al cliente (24,2%) y compras, logística y transporte (7,6%) son las cinco áreas donde las empresas dicen haber realizado más suspensiones de contratos, que han afectado sobre todo a técnicos y empleados.
AUTÓNOMOS.- La incertidumbre económica vivida en el último año parece haber afectado de forma más grave a los autónomos. Si en 2021 un 21,8% confesaba que se encontraba en una situación muy mala, en 2022 este porcentaje ha subido hasta el 25,5% de los autónomos que han respondido a nuestra consulta.
Un 60,4% dice que su facturación se ha visto reducida por esta situación. Mientras que un 30,7% se ha mantenido estable, y tan solo el 8,85% ha incrementado sus ingresos. A pesar de ello, solo un 17,7% de los autónomos consultados han tenido que recurrir a la prestación por cese de actividad durante el pasado ejercicio.
Según los datos recogidos por la Asociación de Trabajadores Autónomos, las dificultades económicas han propiciado que el número de trabajadores por cuenta propia en España haya caído de forma muy significativa durante el último año: a finales de 2022 había 2.887.000 personas registradas como trabajadores por cuenta propia frente a las 2.981.400 que había en 2021. Es decir, en un año se han dado de baja 94.400 autónomos. A pesar de vivir una situación desfavorable, el 82,3% de los autónomos consultados dice que no ha tenido que realizar despidos, frente a un 17,7% que sí lo ha hecho. De los que sí han tenido que pasar por este trance, el mayor porcentaje (42,9%) indica que ha afectado a más de la mitad de su plantilla.
TRABAJADORES,- Los profesionales españoles mantienen con una calificación de notable su valoración del grado de satisfacción con el puesto de trabajo que tienen actualmente. Y esto, a pesar de que un 35,3% dice haber experimentado en ocasiones el llamado “síndrome del trabajador quemado” o burnout. Uno de los puntos que más preocupación les suscita en estos momentos son los salarios. En 2022 la subida de los precios superó ampliamente a la de los sueldos y como consecuencia el poder adquisitivo de los trabajadores ha sufrido mucho. Según los datos publicados por el Ministerio de Trabajo, las retribuciones pactadas bajo convenio colectivo el pasado año crecieron un 2,78%. Una cifra que está muy por debajo del dato medio de inflación que se alcanzó (un 8,4%).
Entre los trabajadores consultados para este estudio, un 39,1% no han tenido subida salarial en 2022. Mientras que un 37,8% confirma que han conseguido un aumento de sueldo, pero por debajo del IPC. Y un 23,1% contaron con una subida igual o superior al IPC.
Otra asignatura pendiente que preocupa es el exceso de horas extraordinarias que todavía se realizan fuera de la jornada laboral. La puesta en marcha del Registro de Jornada Obligatorio en 2019 no parece haber conseguido su objetivo, ya que un 69,6% de los trabajadores dicen que siguen haciendo las mismas horas extraordinarias que antes de su entrada en vigor.
De los profesionales encuestados, el 53% constata que durante el pasado año trabajaron más horas de las que indicaba su jornada laboral. El 31,1% realizó hasta 50 horas extraordinarias, un 26,7% trabajó entre 50 y 100 horas de más, un 18% superó esas 100 horas, un 14,1% trabajó entre 200 y 400 horas extra, y un 10,1% superó ese límite de 400 horas. Un esfuerzo que, en un 39,1% de los casos, no fue retribuido de ninguna manera, ni con dinero ni con descansos.
Un año de reforma laboral
La reforma laboral, en vigor desde el 31 de diciembre de 2021, y puesta en marcha con todos sus efectos desde abril de 2022, ha marcado también la marcha del mercado en este primer año postpandemia. Una de las principales consecuencias de este nuevo marco normativo ha sido la caída de los contratos temporales y el alza de los indefinidos. Se ha pasado de 12,66 millones de contratos indefinidos en 2021 a 14,25 millones según la última EPA de 2022. Una cifra que no se había logrado ni en los años con menor tasa de paro, antes de la crisis. De forma paralela, la tasa de temporalidad se ha reducido más de siete puntos.
A pesar de estos datos, la valoración que hacen de ella empresas y profesionales no es muy positiva. Un 85,4% de las compañías consultadas cree que esta reforma no soluciona realmente el problema del empleo en nuestro país. Y solo un 7,28% cree que ha ayudado a crear empleo. De hecho, una de las medidas estrella, que es la eliminación del contrato por obra o servicio y su sustitución por el contrato fijo-discontinuo, solo ha afectado al 21,19%.
Entre los autónomos consultados, un 67,2% tampoco cree que vaya a acabar con los problemas del mercado, aunque un 16,67% piensa que sí que ha favorecido la creación de empleo.
En el caso de los profesionales en activo, un 58,6% no confía en que esta reforma sirva para solucionar la precariedad en el empleo, un 22,1% dice que no le ha afectado en absoluto, y un 19,3% cree que ha ayudado a crear trabajo. Entre los desempleados, el porcentaje que no confía en la reforma se dispara hasta el 65%. Mientras que un 16,6% piensa que sí sirve de ayuda para que haya más oportunidades, y un 18,4% confirma que no ha cambiado su situación tras la puesta en marcha de estas medidas.