España se mantiene en el entorno de los 15 millones de toneladas de consumo de cemento, pero se trata de un mercado estancado. La patronal Oficemen ha ofrecido esta mañana el dato de 14,9 millones en toneladas demandadas en el mercado doméstico en 2022, lo que supone una caída del 0,8% respecto a 2021.
El colectivo de fabricantes espera una nueva contracción del 0% al -0,3% en el presente ejercicio, aunque el comportamiento de este segmento industrial dependerá en buena parte de la ejecución real de una obra pública que está siendo alimentada con los fondos europeos para la recuperación.
La evolución en el consumo de cemento se ha visto impactada por un mal mes de diciembre en el que el descenso fue del 6,3% por la ralentización de obras debido a las lluvias. El presidente de Oficemen, José Manuel Cascajero, ha enumerado otros efectos adversos como el conflicto en Ucrania y los precios energéticos. “A pesar de los excelentes resultados del arranque y la expectativa de convertirse en el año de la recuperación, finalmente las caídas de consumo encadenadas desde mayo nos han dejado con un volumen de consumo plano, muy similar al de 2021”, ha señalado.
Las cementeras dicen no notar aún el impulso de las subvenciones europeas en la obra pública, pero lo esperan a lo largo del año
El sector del cemento dice no notar aún el impulso de las subvenciones europeas en la obra pública, pero lo esperan lo largo del año. Oficemen subraya que los actuales niveles de licitación de proyectos públicos son los más altos desde la anterior crisis. Las distintas Administraciones lanzaron concursos por 30.074 millones en 2022, un 28% por encima del volumen de 2021 y la mayor cifra desde 2010. Sin embargo, “la previsión de inversión ejecutada en 2022 de las empresas públicas no ha alcanzado el 60%”, ha resaltado Cascajero.
En cuanto a la promoción inmobiliaria, la subida de tipos y el consiguiente encarecimiento de las viviendas genera incertidumbre en la construcción después de un alza del 3,5% en la obra nueva visada a mes de noviembre, según datos del Ministerio de Transportes. Son 110.000 nuevas viviendas en el año móvil.
Este material básico para la construcción sigue perdiendo fuelle en el terreno de la exportación. Los 5,6 millones de toneladas vendidas al exterior en 2022 arrojan un descenso del 16,8%. Las importaciones de cemento, por su parte, son un 5,4% menores que un año atrás, bajando a 1,3 millones de toneladas.
España es el segundo vendedor europeo al exterior, tras Alemania, y los fabricantes se quejan desde hace años de costes energéticos que lastran su competitividad: “Desde 2019, el coste de la energía eléctrica se ha multiplicado por cuatro y los de la energía térmica y los derechos de emisión de CO2 se han triplicado. Todo ello incide en gran medida en nuestros costes variables de producción y, como consecuencia, en nuestra competitividad”, lamenta el presidente de Oficemen. Esta mañana las cementeras han reiterado la petición de “un cambio en las reglas del mercado eléctrico mayorista y contar con subastas de energía de generación inframarginal”.