El metro cuadrado alcanza los 2.809 euros, todavía por debajo de los niveles máximos que llegó a tocar a finales de 2007 (2.905 euros), justo antes de que pinchase la ‘burbuja’ del ladrillo a causa de la crisis financiera. Con todo, el precio de la vivienda nueva superó por primera vez desde 2008 la barrera de los 2.800 euros por metro cuadrado, si bien lo hizo aumentando a menor ritmo que el semestre anterior, cuando el crecimiento fue del 7,1% interanual, de acuerdo con los datos que ha hecho públicos Sociedad de Tasación.
Entre enero y junio, el incremento de precios se moderó al 2,8%, frente al 3,4% del semestre anterior. Con estos datos, ST prevé que durante la segunda mitad del año continúe moderándose el crecimiento del precio de la vivienda nueva. Así, la proyección para el tercer trimestre de 2023 es de un incremento interanual del 5,7% y para el cuarto, del 5,2%.
Barcelona capital registró el precio medio más elevado, superando por primera vez la barrera de los 5.000 euros por metro cuadrado, hasta alcanzar los 5.047 euros. A continuación, se situaron Madrid (4.269 euros/m2) y San Sebastián (4.185 euros/m2). Por el contrario, el importe medio más bajo se dio en Ciudad Real (1.286 euros/m2), Cáceres (1.293 euros/m2) y Badajoz (1.307 euros/m2).
En junio se apreció un incremento significativo de los precios en todas las comunidades autónomas, con aumentos que oscilaban entre el 3,4% interanual de Castilla-La Mancha y el 8,2% de las Islas Baleares, que registró el mayor crecimiento interanual por delante de Madrid (7,6%). Sin embargo, se detectó una desaceleración de estos incrementos en todas las autonomías, salvo en La Rioja. Según la directora de Instituciones y Grandes Cuentas de la tasadora, Consuelo Villanueva, este incremento en el precio de la vivienda nueva se debe sobre todo a la escasez de oferta nueva frente a una demanda fuerte. Además, influyen los elevados costes de construcción – que en el caso de la vivienda nueva se incrementaron en junio un 8,1% hasta los 1.201 euros/m2- el precio de las materias primas y la falta de mano de obra.
Asimismo, el perfil de comprador de la vivienda nueva responde a usuarios solventes y a una demanda extranjera en aumento, bien para uso particular o bien como inversión, por lo que estaría absorbiendo sin grandes dificultades el poco producto que sale al mercado.
Por su parte, el ritmo de subida se está viendo condicionado por la volatilidad del entorno macroeconómico, el encarecimiento de la financiación y el endurecimiento de las condiciones financieras, así como el impase que suponen los próximos comicios electorales.