La subida de tipos de interés en la eurozona ha reanimado el negocio tradicional de los bancos comerciales, a saber, captar fondos de los ahorradores, prestarlos a los demandantes de crédito, y ganar dinero con la diferencia entre lo que paga a los primeros y lo que cobra a los segundos.
En pocas palabras, ha vuelto a ser rentable el negocio bancario de la intermediación de crédito. De ahí que volvamos a ver después de muchos años cuentas de ahorro y depósitos remunerados con tipos de interés atractivos en torno al 2%. Que muchos ahorradores confíen más en la solvencia del estado español que en la de los bancos comerciales explica la demanda entusiasta de estos títulos de deuda. Si, además, tenemos en cuenta que el estado está pagando más interés por su deuda que los bancos por sus depósitos, la elección parece obvia.
Inversión con sentido a corto plazo pero atractivo relativo
Siendo el IPC calculado por el INE para el mes de enero del 5,8%, el ahorrador perderá poder adquisitivo con cualquier inversión que pague menos que eso. Las letras del tesoro en el entorno del 3% que resultan tan atractivas para tantos ahorradores significan una pérdida segura de poder de compra, pero muchos pensarán que menos da una piedra.
Este tipo de activos de inversión han sido siempre los predilectos de los ahorradores de perfil conservador, aversos al riesgo y dispuestos a perder poder adquisitivo a cambio de recibir una recompensa segura por su inversión. En una cartera diversificada en plazos y en tipos de activo, las letras del tesoro de estas características pueden ser un buen lugar donde aparcar buena parte del dinero que queramos tener a mano, aunque no pensemos gastarlo pronto.
Alternativas a las letras del tesoro
En este contexto, otros productos, como los depósitos a plazo y las cuentas de ahorro remuneradas, adquieren mayor atractivo. Los bancos comerciales siempre han captado fondos de los ahorradores particulares así, pagándoles por ellos. Los tipos de interés reales negativos han sido una anomalía que se ha prolongado demasiado tiempo. El ahorro remunerado señala el regreso a la normalidad.
Por su facilidad de contratación, las cuentas de ahorro remuneradas y los depósitos a plazo son excelentes alternativas. Su rentabilidad en este momento es algo inferior a la de las recientes emisiones de letras, pero cabe esperar que sea mayor con el paso de los meses. Este tipo de productos bancarios pueden ser también una buena alternativa para ahorradores que conozcan la frágil situación financiera del estado español y duden de su solvencia. Otros ahorradores, más prudentes aún, pueden esperar unos meses más en previsión de que la remuneración de esta clase de activos sea todavía mayor si la inflación persiste o aumenta.