En Extremadura, la colaboración con GEA (Grupo Extremeño de Aguiluchos) para la ejecución de estos trabajos ya ha permitido que se salven cada campaña entre 50 y 100 nidos de la especie en los últimos tres años que lleva en vigor el acuerdo ligado a la fotovoltaica Núñez de Balboa.
Este año, además, se han iniciado los trabajos en Castilla-La Mancha en cuatro términos municipales de la provincia de Cuenca, en el entorno de los proyectos fotovoltaicos FV Romeral y Olmedilla. En esta zona la encargada de la actuación es la asociación sin ánimo de lucro SEMBRIA, afincada en Cuenca, que se especializa en la dinamización del medio rural y en preservar y poner en valor la biodiversidad local.
El objetivo principal de estos trabajos es contribuir a la mejora del conocimiento sobre esta especie en las zonas de actuación y conseguir la reducción de la mortalidad no natural que supone la recolección mecanizada del cereal y la depredación para esta especie que anida sobre el suelo en zonas de cereal alto. El aguilucho cenizo aparece clasificado como VU – Vulnerable debido a su declive en los últimos años.
Estos estudios incluyen el seguimiento de la población nidificante para la localización y protección de los nidos que las parejas de la especie establezcan en la zona, delimitando un perímetro de seguridad que se mantendrá sin cosechar.
Unas de las principales amenazas que se ciernen sobre el aguilucho cenizo se relacionan, sobre todo, con la intensificación de las prácticas agrícolas, pues la especie depende de la recogida adecuada del cereal y el incremento de la mecanización de los procesos y la introducción de variedades precoces que adelantan la recogida e impiden que los pollos completen su desarrollo y abandonen el nido antes de la cosecha, hacen que se pierdan muchas de las nidadas.
Además, para contribuir con la conservación a largo plazo de la especie se incluye la ejecución de una jornada participativa dirigida al sector agrario para la sensibilización del sector con la conservación.