La compañía, que fue anunciada en octubre por el consejero delegado de Renault, Luca de Meo, contará con 17 fábricas y cinco centros de I+D repartidos en tres continentes. Ahí se incluyen la planta de motores y el centro de I+D de Valladolid, y la fábrica de cajas de cambio de Sevilla. En España, la actividad de la joint venture está valorada en 1.273 millones de euros, según Renault, y aglutina al 28% de la plantilla de la automovilística francesa.
Nuestro país tendrá un gran peso en la nueva empresa, no solo por las mencionadas instalaciones de Sevilla y Valladolid, sino también porque contará con uno de los dos centros operacionales que tendrá (el otro estará en China). Sin embargo, no es el peso anunciado por Renault en junio, ya que entonces se informó que su sede estará en Madrid. Lo que se asentará en Madrid es el negocio europeo, denominado Horse, pero por encima se situará una arquitectura que aunará también al centro operacional chino, la cual tendrá su sede en Reino Unido.
Dicha sede tendrá “el objetivo de consolidar operaciones, aprovechar sinergias y definir planes futuros”, han explicado Renault y Geely en un comunicado conjunto. “El grupo Renault y Geely transferirán la propiedad intelectual a los centros operacionales, lo que les permitirá ser completamente autónomos en el desarrollo de futuras tecnologías de grupos motopropulsores capaces de cumplir con todas las expectativas del mercado”, han añadido.
Ambas empresas han remarcado que la petrolera saudí Aramco sigue estudiando la posibilidad de sumarse al accionariado de la nueva compañía. El pasado 2 de marzo, Aramco había firmado una carta de intención para sumarse a esta alianza. En caso de producirse, la petrolera muy probablemente entre con un porcentaje menor al de los socios fundadores de esta joint venture, según avanzó Le Monde en septiembre, que señaló que Aramco se quedaría con un 20%. De momento, Geely y Renault cuentan ambos con un 50% de la compañía.
Renault estuvo meses barruntando su decisión de dónde colocar el mencionado centro operacional de Madrid. Además de España, la compañía tenía como gran candidato a Rumanía, un país importante para el grupo Renault ya que es la cuna de su marca de bajo coste Dacia. El país, además de contar con una gran presencia industrial del grupo, también presentaba ventajas como una buena salida al mar y cercanía a mercados importantes. En mayo, parecía que la balanza se inclinaba definitivamente hacia Rumanía para tener el centro operacional, ya que Renault alegó que el país estaba apoyando al sector para relajar la normativa de emisiones Euro 7, al contrario que España. Sin embargo, un mes después, el grupo anunciaba a los sindicatos que Horse finalmente se asentaría en Madrid.