No obstante, ha alertado del endeudamiento público como «factor de riesgo más importante». Así se ha pronunciado este martes Oliu durante una conversación en el Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA). En ella, Oliu ha ofrecido su perspectiva de la economía nacional e internacional, en el marco de la asamblea de socios del Instituto de Estudios Económicos de la Provincia de Alicante (Ineca).
Oliu ha resaltado que España «no está en crisis» y ha señalado que tras el «shock del Covid» se tomaron medidas para hacerle frente, y ha apuntado que los sectores más afectados en esta crisis están teniendo «una situación mejor» actualmente, como son el turismo y el automóvil, lo que se suma a que han dejado de producirse cortes en las cadenas de suministros.
«La demanda sigue potente en España, tanto interior como exterior, porque nuestros bienes son competitivos, el turismo avanza. España no es que vaya como una moto, va como va como consecuencia de las cosas que ocurren», ha afirmado Oliu.
Además, ha indicado que en 2021 ha habido una bajada del poder adquisitivo en España, por lo que se esperaba que la demanda hubiese bajado, algo que no ha ocurrido porque «se suple con el ahorro previo generado durante el covid».
No obstante, ha precisado que el «factor débil» es el «gran endeudamiento público», frente a una situación privada «muy favorable», puesto que el endeudamiento de las familias está por debajo del promedio de la Unión Europea.
«Más bien pronto que tarde, les tocará a quienes ocupen posiciones de gobierno próximamente, sean quienes sean, les tocará hacer frente al problema de deuda pública. En Europa, el mundo y los mercados no admiten déficits que no estén dentro del marco de estabilidad. Es una limitación», ha expresado. Por ello, ha apuntado que si la deuda es demasiado alta, se deberán «revisar algunos gastos», algo que cree que «no es políticamente bueno para quien tenga responsabilidad de hacerlo, pero le va a tocar».
Sin embargo, Oliu ha insistido en que «la situación de España va bien» y ha señalado que el pasado año, pese a las previsiones, «no hubo cataclismo». «Este año, tampoco lo veo; veo algunos problemas y hay que hacer frente a ellos», ha insistido. Por otra parte, en cuanto a los tipos de interés, ha señalado que la inflación actual es «de segunda ronda» y cree que el mercado «va ayudando a que se lleve por sus cauces», aunque ha puntualizado que todavía hay «inflaciones altas». Para el futuro, ha apuntado que el mercado espera que en Europa sean de un máximo del 4% y que se reduzcan en 2024 y llegar a una «situación idílica» en 2025 con una inflación del 2%.
«Tengo mis dudas de que la bajada de tipos vaya a ser tan rápida. No van a escalar muchísimo por encima de 4%, o nada; no sería muy bueno subidas más allá de este valor», ha sostenido, aunque cree que durante un «periodo determinado» se mantendrán en ese «tope». Al mismo tiempo, ha argumentado que el problema sería de inestabilidad financiera por los «desequilibrios de balance».
Por otra parte, consultado por un posible cambio de la sede central del Sabadell, que se ubica en Alicante, Oliu ha asegurado que «no está encima de la mesa ningún tipo de cambio». «No hay ninguna razón para cambiar de sede», ha garantizado. En este sentido, ha resaltado que es el «banco de referencia» en la provincia y ha puntualizado que el 10% de las empresas clientes de la entidad financiera son de Alicante, al igual que el 20% de los particulares.