«El acuerdo del grano se suspende», ha afirmado en su rueda de prensa telefónica diaria el portavoz del Ejecutivo de Vladimir Putin, Peskov. En los últimos días, el propio Putin ya ha manifestado su desacuerdo ante lo que en su opinión constituye un incumplimiento parcial de lo acordado, puesto que los envíos de fertilizantes rusos que estaban incluidos en él permanecen prácticamente paralizados. Precisamente Moscú había venido reclamando una garantía de que sus propios envíos agrícolas no se enfrentan a obstáculos internacionales. Tal y como se informaba recientemente entre esos requisitos estaba también la reconexión del banco agrícola ruso, Rosseljoznadzor al sistema internacional de pagos Swift, que Rusia tuviera vía libre para recibir piezas de recambio para maquinaria agrícola; así como la exportación de amoniaco ruso a través de Ucrania y el desbloqueo de la logística de transportes y seguros. Este pacto indirecto firmado entre Rusia y Ucrania se consideraba uno de los principales triunfos diplomáticos desde que estalló el conflicto, puesto que creaba un paso seguro para las mercancías procedentes de ese área. Ucrania ha venido siendo uno de los principales exportadores de cereales del mundo, al suministrar más de 45 millones de toneladas al año antes de que se produjera la invasión rusa en febrero de 2022. Sobre todo de trigo, maíz y de aceites vegetales.
Según datos del Banco Mundial solo en 2021 el país produjo más de 85,33 millones de toneladas de cereales. Hasta ahora el acuerdo estaba permitiendo que estos productos básicos llegasen en forma de ayuda humanitaria a zonas críticas del planeta como Oriente Próximo, el Norte de África, el África Subsahariana y el Sudeste Asiático. Estas cuatro subregiones suponen hasta el 70% de las importaciones mundiales de trigo anuales.
De acuerdo con la información que maneja la Unión del Grano Ucraniana, desde la puesta en funcionamiento del corredor (el 1 de agosto de 2022), los países que más grano han importado han sido China, con 7,73 millones de toneladas, seguida de España (con 5,97 millones), Turquía (3,42 millones) e Italia (poco más de 2 millones toneladas de grano ucraniano). Fuentes del sector en España habían hecho hincapié en que un cierre del corredor podría provocar un rebote automático de los precios, dado que España es un país deficitario que deberá importar este año más que nunca, ante una producción local mermada por los efectos de la sequía.