Con una tasa de paro en el 3,6%, próxima a mínimos de hace 50 años, y una economía que crece a un ritmo modesto, los funcionarios consideran que las presiones inflacionistas siguen siendo un riesgo al alza y dejan la puerta abierta nuevos ascensos. La decisión de elevar las tasas contó con el visto bueno de todos los miembros. “Los indicadores sugieren que la actividad económica se ha expandido a un ritmo moderado. El aumento del empleo ha sido sólido, la tasa de paro se ha mantenido baja y la inflación sigue siendo elevada”, reza el comunicado. El banco central de EE UU es consciente de que no puede repetir más errores. Después de que en 2021 muchos funcionarios, entre los que se incluye el presidente, reiteraran que la inflación era algo transitorio, ahora se comprometen a hacer todo lo posible para anclar los precios al objetivo del 2%, un escenario que no contemplan hasta 2025. Aunque en junio la tasa bajó del 3%, la inflación subyacente se sitúa en el 4,8%. Es decir, es demasiado pronto para cantar victoria.
Los funcionarios no dan por concluido el ajuste monetario, pero no precisan si en septiembre volverán a elevar el precio del dinero u optarán por una pausa como la realizada en junio. En las proyecciones publicadas en la reunión de junio, el diagrama de puntos recogía dos subidas de los tipos hasta final de año. De momento ya ha efectuado una, está por ver si a la vuelta de las vacaciones dan una vuelta de tuerca más hasta elevar las tasas al 5,5-5,75%.
En la rueda de prensa, el presidente de la Fed señaló que la decisión aún no se ha tomado y que todo va a depender de los datos. El IPC de junio sorprendió positivamente, pero la relajación no es suficiente. Powell reiteró que están firmemente comprometidos con devolver la inflación al 2%, un proceso que no se consigue de la noche al día sino que requiere un largo camino. “No habrá un mercado sólido sin la estabilidad de los precios”, apuntó Powell. A la hora de efectuar los próximos ajustes la institución tendrá en cuenta el endurecimiento acumulado y el decalaje con el que la política monetaria afecta a la economía y las finanzas. La Fed subrayó que está preparada para ajustar la política monetaria “según corresponda”. Es decir, se muestra dispuesta a hacer lo que sea necesario para lograr sus objetivos.
Aunque este año los bancos han generado sobresaltos, con la quiebra de cuatro entidades, los funcionarios subrayaron que el sistema bancario estadounidense es “sólido y resistente”. La Fed espera que el endurecimiento de las condiciones crediticias acabe pesando sobre la actividad económica y la contratación. Powell considera que los efectos de la mayor subida de tipos en 40 años aún no se han visto por completo y reconoció que reducir la inflación significa lograr un crecimiento por debajo de la tendencia. La institución intenta enfriar la economía pues considera que una mayor expansión podría incrementar las tensiones inflacionistas. “Una desaceleración sin dañar en exceso el empleo sería una verdadera bendición. La Fed ya no pronostica una recesión”, sentenció Powell.
El responsable de la institución cree que el principal riesgo al que se enfrenta es al de haber hecho demasiado poco. Es decir, quiere evitar que se repita lo acontecido en la década de 1970-1980 cuando la Fed se apresuró a recortar las tasas aun cuando los precios continuaban siendo altos. El banco central no logró evitar una espiral de precios y salarios que disparó la inflación a los dos dígitos. Esto requirió varios intentos de subidas y recortes de las tasas y se produjeron cuatro recesiones antes de que la situación se normalizara.
Los inversores intentan asimilar las novedades, pero el mercado no termina de creerse que la Fed vuelva a elevar los tipos en el último cuatrimestre del año. Los operadores otorgan una probabilidad del 23% a un nuevo incremento en septiembre, porcentaje que se eleva hasta el 21,8% en noviembre. Lo que no contemplan es una rebaja de las tasas en 2023, un escenario que los funcionarios aplazan a la segunda mitad de 2024. Es decir, de momento se cumple la máxima de que habrá tipos altos durante más tiempo. “No contemplamos recortes este año. Varios funcionarios han abogado por una primera reducción en 2024″, aclaró Powell.