La orden la ha dado Ferraz y los primeros en experimentar sus consecuencias han sido los populares de Ceuta que han visto como las posibilidades de formar gobierno en compañía de los socialistas se ha estimado de la noche a la mañana , después de trabajar varias semanas para llegar a un acuerdo y gobernar la ciudad autónoma entre ambas formaciones.
Y es que para Sánchez lo primero son él y sus intereses. Es decir, nadie puede hacer o decir algo que de alguna manera le pueda perjudicar o dañar su estrategia de mantenerse en La Moncloa pactando hasta con el lucero del alba, aunque ello conlleve los cambios que sean necesarios, incluyendo los constitucionales, porqué nos guste o no, la realidad política de un imposible gobierno popular se impone dia a dia.
Y todo ello apunta a que la Legislatura será una ampliación de esta situación estrambótica, pero deseada por las huestes del líder populista que ven en ella el agua de cultivo para todos sus desmanes políticos y sociales en ese afán de hacer de España, otra distinta en la que los valores sean nuevos y la progresía pueda disfrutar de todo tipo de prebendas y caprichos hasta cambiar la faz de esta España democrática, nacida en los años 70/80, por otra filo- comunista y raquítica, pero más del gusto de comunistas, independentistas y separatistas deseosos de trocear la vieja piel de toro y cambiarla por un “deshabillé” de tres al cuarto, con el que además tras la emoción inicial no se podrán disimular los numerosos defectos de la España sanchista, llena de arrugas y envejecida por el paso del tiempo y las numerosas mentiras que paso a paso han ido adhiriéndose al cuerpo del ente político que poco a poco va adquiriendo formas variadas y variopintas a cual mas irreconocible.