«El Grupo BMW espera mayores gastos para los proveedores debido a la inflación y que la cadena de suministro continúe siendo un obstáculo en la segunda mitad del año», explicó el consorcio bávaro. No obstante, la advertencia realizada por el consorcio automovilístico alemán, propietario de la marca homónima, Mini y Rolls-Royce, incluía un alza de las previsiones para el segundo semestre. La nueva previsión del Grupo BMW para el cierre de 2023 incluye un «sólido crecimiento con respecto al año anterior», frente a la anterior estimación en la que esperaba que las entregas a clientes registrasen al cierre del año un «ligero crecimiento».
Porsche también ha advertido de problemas en la cadena de suministro. El fabricante alemán ha reducido las entradas de efectivo en el capital en la primera mitad del año. Así, entre enero y junio, las entradas de capital circulante de automoción se redujeron en 411 millones de euros, hasta los 346 millones. Una reducción en el capital circulante que obedece «a las salidas de efectivo de 1.146 millones provocadas por la variación de existencias». Y es que «el lanzamiento del nuevo Porsche Cayenne —una actualización de la tercera generación de este modelo— tuvo un impacto en este cambio, al igual que la continua situación desafiante de la cadena de suministro y el abastecimiento de repuestos asociado, ha detallado Porsche. De hecho, el fabricante con sede en Stuttgart ha elevado sus inventarios en comparación con el cierre del ejercicio 2022. Así, los inventarios han aumentado desde los 5.504 millones, hasta los 6.501 millones al cierre del pasado junio.
El fabricante estadounidense de vehículos eléctricos Fisker se encuentra en la misma situación. La compañía ha lidiado con interrupciones en la cadena de suministro en la producción de su modelo Ocean. Una situación que le ha llevado a recortar su previsión de producción para 2023. Ahora prevé fabricar entre 20.000 y 23.000 unidades, frente a las 32.000 y 36.000 unidades de la anterior previsión de mayo. Pese a ello, Fisker ha presentado una nueva ofensiva de productos completamente eléctrica: Ronin, un deportivo; Pear, un utilitario; y Alaska, una pick-up.
El fabricante alemán de chips Infineon ha elevado sus inventarios hasta los 151 días, un 24% superior a los niveles estacionales normales, según los analistas de JP Morgan. El consejero delegado de la compañía, Jochen Hanebeck, ha apuntado que en el tercer trimestre las tendencias del mercado de semiconductores continúan presentando «una imagen mixta con luces y sombras». Así, mientras que en la electromovilidad y la energía renovable «la demanda se ha mantenido alta», en el caso de ordenadores y smartphones «la demanda sigue siendo baja».