El consejo de administración del grupo de construcción ha tomado la decisión de activar la cláusula de no competencia, prevista en el contrato del que ha sido consejero ejecutivo en los últimos cinco años, y se le entregarán 2,8 millones de euros brutos con la condición de que no trabaje en el sector o actividades afines a las de OHLA durante un año.
Fernández Gallar, que tomó las riendas cuando el grupo atravesaba una profunda crisis, y con pérdidas millonarias, tiene por delante el cobro de 12 mensualidades de 233.333 euros cada una. La empresa eludió hablar de este acuerdo el día de la junta pese a que el consejo tomó la decisión justo tras conocerse el paso del consejero delegado de abandonar el puesto. OHLA también activó en ese momento un proceso para contratar nuevo primer ejecutivo antes de que concluya el ejercicio.
La empresa que lidera la familia mexicana Amodio, con los hermanos Luis y Mauricio como primeros accionistas y ocupando los cargos ejecutivos de presidente y vicepresidente, respectivamente, tantea en el mercado local y prima el conocimiento de la actividad de la construcción y gestión de infraestructuras, así como la experiencia internacional. Hasta que se dé con el perfil adecuado, para lo que también se sondea dentro de la casa, la gestión del día a día está bajo la supervisión del director general, el mexicano Tomás Ruiz, hombre de la máxima confianza de los Amodio.
La reelección de Fernández Gallar fue sometida a votación en la citada reunión de accionistas de junio, en la que recibió el respaldo de más del 98% del quórum. Sin embargo, el primer ejecutivo adujo “motivos personales” para dejar el sillón al cumplir los 65 años. Fuentes de la compañía explican que el ex consejero delegado prefirió no abrir un nuevo ciclo de cuatro años tras un periodo de fuerte desgaste para los gestores de OHLA.
La compensación a Fernández Gallar ha sido aprobada en un ejercicio en que OHLA trata de volver a beneficios. El resultado a 30 de junio, con 600.000 euros de resultado neto, podría apuntalarse con la venta de la división de servicios y de la participación en la concesión del hospital canadiense CHUM. Ambas operaciones reportarían unos 130 millones a la vendedora.