Según los datos del Observatorio de Márgenes Empresariales que ha publicado la Agencia Tributaria, el avance de los márgenes de las empresas se explica por la disminución de las ventas y el crecimiento del resultado bruto de explotación.
Los resultados, actualizados con datos del segundo trimestre del año, se calculan teniendo en cuanta los últimos cuatro trimestres, es decir, el segundo semestre de 2022 y el primer semestre de 2023, para eliminar las desviaciones por el efecto calendario. Con estos datos, los márgenes empresariales vienen aumentando paulatinamente desde el último trimestre de 2020, cuando se situaron en el 10,03%.
Como se recuerda, la creación del Observatorio de Márgenes Empresariales fue una decisión del Gobierno motivada por la creciente inflación a raíz de la guerra en Ucrania, si bien en determinados sectores, como el energético, ese alza de precios venía desde 2021. Conocer si las empresas repercuten en la inflación en los precios finales era uno de los objetivos que el Ejecutivo se marcó. En junio, la tasa de inflación anual fue del 1,9%, después de haberse moderado progresivamente desde el 10,8% en julio de 2022, primer mes que computa en el cálculo de los márgenes empresariales.
Por sectores, el de suministro de energía eléctrica y gas tuvo un margen del 25,45%, su máximo en una serie histórica que comienza en 2009, un sector cuyos precios han evolucionado con altibajos en el último año, al pasar de incrementos por encima del 50% el verano pasado -en el caso de los combustibles líquidos, los precios casi se duplicaron- a apuntarse en junio una caída del 30,3%. Estos datos están afectados por el denominado efecto base, es decir, el efecto de comparar con un primer semestre de 2022 en el que ya habían subido los precios.
El sector del transporte registró un margen del 26,05 %, cerca de los niveles anteriores a la pandemia, un sector que, en paralelo al de la energía, registró subidas de precios de dos dígitos en el verano de 2022 para después moderarse e incluso anotar algunos meses en negativo este año.
Por su parte, las actividades inmobiliarias se anotaron un margen de beneficio del 28,85%, si bien se trata de un sector que en el último lustro siempre ha mantenido márgenes por encima del 25%. En el caso de la industria de la alimentación y la fabricación de bebidas, el margen escaló más de medio punto, hasta el 10,23 %, mientras que la agricultura y la ganadería incrementó su margen en casi dos puntos para escalar al 11,89%.
Dentro del sector alimenticio, el comercio tanto al por mayor como al por menor vio retroceder sus márgenes en algo más de dos décimas, para situarse en el 10,21%. En el caso de los alimentos y bebidas no alcohólicas, la tasa de inflación lleva por encima de las dos cifras desde antes de julio de 2022, cuando todavía se encontraba en una senda alcista que alcanzó su máximo en marzo de este año (16,5%), si bien se ha moderado en los últimos meses hasta cerrar junio en el 10,3%. Y la hostelería y la restauración confirman la recuperación y superación de los márgenes anteriores a la pandemia, con un margen del 15,42%.
La creación de empleo se modera
La Agencia Tributaria ha publicado este miércoles la estadística de ventas, empleo y salarios en grandes empresas y pymes del segundo trimestre, la cual recoge los datos procedentes de sus declaraciones de IVA y de retenciones del trabajo.
Estos datos apuntan a una moderación en el aumento del número perceptores de rendimientos del trabajo -un indicador fiscal que se asimila al empleo asalariado-, que se sitúa por debajo del avance del 4,4% registrado en el primer trimestre y lejos del crecimiento de más del 10% anotado en 2022.
Por lo que respecta al rendimiento bruto medio, el aumento del 5,7% del segundo trimestre está en línea con el primero (5,8%) y por encima del 3,4% de la media de 2022. Entre abril y mayo, las grandes empresas y pymes españolas incrementaron sus ventas en un 1,4%, un crecimiento mucho más suave que el 4,1% de los tres primeros meses del año.
Aumento de la facturación impulsado por las ventas
Este aumento de la facturación vino impulsado por las ventas interiores, que avanzaron un 1,7% y, en menor medida, por las exportaciones, que lo hicieron solo un 0,6%.
Dentro de las ventas interiores destaca especialmente el aumento del 8,8% de la facturación del capital -impulsado, a su vez, por el crecimiento del 14,8% de equipo y software, muy superior al 3,6% de la construcción-. Las ventas de bienes de consumo aumentaron un 1,4% y las de bienes intermedios, un 0,2%.