En España, el porcentaje de mujeres que afirman ser seguidoras del deporte ha alcanzado el 48% frente al 43% de 2019, mientras que los hombres aficionados solo han subido un punto porcentual desde el 68% de 2019, según Brand Finance. La Encuesta de Hábitos Deportivos elaborada por el CSD reveló también que en 2022 un 18,6% de los hombres y un 10,4% de las mujeres consumieron en algún momento fútbol femenino, lo que sitúa la media en el 14,4%, un 6,2% más que en 2020.
Este aumento en el apoyo se ha visto reflejado en las empresas dispuestas a financiar a los 16 clubes que comprenden la Primera División Femenina española. En la anterior temporada, los acuerdos de patrocinio aumentaron en un 11,3%, alcanzando los 168 acuerdos con 141 marcas diferentes, una cifra que desde los operadores jurídicos y gestores de patrocinios se considera que va a ser superada con creces esta temporada ahora que las jugadoras de Vilda se han coronado como campeonas del mundo.
Además, la categoría de profesional llegó a un acuerdo con LaLiga, por el que se convirtió en agente comercial exclusivo de la competición femenina para las próximas cinco temporadas, reportando unos ingresos mínimos de 42 millones de euros para la Liga F. Los derechos de emisión de la liga femenina fueron adjudicados a principios de septiembre de 2022 a DAZN y Mediapro, con un contrato que producirá siete millones de euros al año durante las próximas cinco temporadas. La plataforma de ‘streaming’ centrada en deportes tendrá derecho a emitir los ocho partidos disputados en cada jornada, mientras que solo uno de ellos se podrá ver en abierto a través de Gol Play.
A pesar de haber superado la barrera de la profesionalización, la temporada 2022/23 de la Liga F estuvo marcada por los desacuerdos, sobre todo por los referentes a la financiación dedicada a la competición femenina, desde la primera jornada, que se vio atrasada por un parón arbitral. Las profesionales de la RFEF alegaron que las condiciones y salarios del momento no eran dignos de una liga profesional y lograron llegar a un acuerdo con los organismos de la competición.
Las polémicas continuaron hasta el final de la temporada, cuando Finetwork, patrocinador principal de la Liga F, se negó a pagar los cuatro millones de euros que se acordaron antes del inicio de la competición, afirmando no tener ninguna obligación contractual de hacerlo. La empresa ha explicado que lo pactado fue únicamente un acuerdo de intereses con vigencia hasta noviembre que no se ejecutó, mientras que desde la Liga afirman que el contrato de patrocinio es vinculante para ambas partes.
Las jugadoras de la Liga F, representadas por los cinco sindicatos de fútbol femenino, siguen mostrando su desacuerdo con algunas de las gestiones de los directivos de la liga, solicitando de forma conjunta en mayo una modificación del convenio colectivo para aumentar los salarios. Proponen garantizar un salario base de 30.000 euros en 2026, una cifra alejada de los 182.046 euros por temporada que cobran los profesionales masculinos.