Si se excluyen los meses de la pandemia, la última lectura del Índice fue la más baja desde abril de 2013. Así, el flash del índice PMI compuesto de la actividad total de la eurozona, ajustado estacionalmente, descendió de 48,6 registrado en julio a 47 en agosto.
La actividad total ha caído por tercer mes consecutivo, impulsada por el quinto declive mensual consecutivo de la producción manufacturera. Pese a que la tasa de declive de la producción industrial se atenuó ligeramente en agosto, siguió siendo la segunda más intensa registrada por la encuesta en los últimos once años, con excepción del periodo de confinamientos iniciales por la COVID-19. Por otra parte, el sector servicios de la zona euro también registró un declive en agosto. La actividad empresarial se contrajo por primera vez desde diciembre de 2022, pero a un ritmo mucho más tenue que el de la producción del sector manufacturero.
Mientras tanto, las condiciones de la demanda siguieron empeorando en ambos sectores. Los volúmenes de nuevos pedidos recibidos cayeron en general por tercer mes consecutivo y el ritmo de declive se aceleró hasta su máxima desde noviembre de 2020. Si se excluyen los meses de la pandemia, la caída de los nuevos pedidos fue la más intensa desde octubre de 2012. Los nuevos pedidos de productos continuaron disminuyendo a uno de los ritmos más intensos desde la crisis financiera mundial, acompañados de un segundo mes de deterioro de la demanda de servicios. Esta última se contrajo en agosto a un ritmo que no se había observado desde mayo de 2013 si se excluyen los meses de los confinamientos por la COVID-19.
Por países, se observa que la mayor desaceleración fue registrada en Alemania, donde la actividad total para el sector manufacturero y de servicios en su conjunto cayó por segundo mes consecutivo, y a un ritmo no observado desde mayo de 2020 (o desde junio de 2009 si se excluye la pandemia). Un agudo y creciente declive de la producción manufacturera fue acompañado de la primera caída de la actividad del sector servicios alemán desde diciembre de 2022
De su lado, Francia indicó su tercera caída consecutiva de la actividad total y el ritmo de declive se mantuvo sin cambios frente al de julio, cuando se produjo el declive más intenso desde mayo de 2013 si se excluyen únicamente cuatro meses de confinamientos por la pandemia. La tasa de contracción se moderó en el sector manufacturero, aunque igualmente se mantuvo intensa, y se aceleró en el sector servicios. El resto de la región sufrió un declive moderado de la actividad total en comparación con Francia y Alemania, sin embargo, la reducción se destacó por ser la primera desde diciembre pasado, en medio de una continuada pérdida de producción manufacturera junto a un nivel de casi paralización de la actividad en el sector servicios.
El empleo casi no registró cambio alguno, puesto que la encuesta Flash del PMI de agosto señaló la tasa más reducida de creación de empleo desde que las plantillas comenzaron a aumentar después de los confinamientos por la pandemia, en febrero de 2021. Se observó una ligera pérdida de empleo en el sector manufacturero por tercer mes consecutivo, mientras que la contratación en el sector más amplio, el sector servicios, siguió desacelerándose frente a la máxima reciente registrada en abril pasado, hasta indicar tan sólo un aumento marginal y señalar el menor incremento neto de los puestos de trabajo en el sector desde febrero de 2021.
El nivel de casi estancamiento de la contratación reflejó un declive cada vez mayor en los pedidos pendientes de las empresas, que a su vez indica el desarrollo de exceso de capacidad en relación con la demanda. La caída de los pedidos pendientes fue la más intensa desde noviembre de 2012 (si se excluyen los meses iniciales de confinamientos por la COVID19). Mientras que los pedidos pendientes en el sector manufacturero volvieron a decrecer con intensidad, cayendo por decimoquinto mes consecutivo, los trabajos pendientes en el sector servicios cayeron por segundo mes consecutivo y su tasa de declive fue la más marcada desde febrero de 2021.
La deteriorada situación de las carteras de pedidos desempeñó un papel fundamental a la hora de debilitar aún más la confianza empresarial respecto de los próximos doce meses. Las firmas también mencionaron su preocupación por las desaceleraciones económicas en general, tanto en los mercados domésticos como de exportación, a la que se suma la inquietud por el impacto del aumento de los precios. En consecuencia, las expectativas de actividad de las firmas para los próximos doce meses se redujeron por sexto mes consecutivo, cayendo a su nivel más bajo desde diciembre de 2022 y descendiendo aún más por debajo del promedio a largo plazo de la encuesta, lo que señala un optimismo moderado a juzgar por los niveles históricos.
Las firmas industriales también continuaron reduciendo intensamente la compra de insumos en agosto en línea con la reducción de las necesidades de producción, lo que contribuyó a reducir aún más sus stocks de materias primas a un ritmo históricamente marcado. Los stocks de productos terminados también disminuyeron. Mientras tanto, la disminución de la compra de insumos por parte del sector manufacturero redujo la presión en las cadenas de suministro, lo cual a su vez facilitó el séptimo mes consecutivo de mejora de los plazos medios de entrega de los proveedores.
Los precios medios cobrados por los productos y servicios aumentaron a un ritmo mayor por primera vez en siete meses, impulsando la tasa aún más por encima de su promedio a largo plazo en la historia del estudio pero registrando el segundo ritmo más lento desde marzo de 2021. Los precios de las mercancías cayeron por cuarto mes consecutivo, pese a que la tasa de deflación se ha moderado. Entretanto, las tarifas del sector servicios aumentaron al ritmo más lento desde octubre de 2021.
La tasa de inflación de los costes de los insumos conjunta para ambos sectores aumentó por primera vez en once meses, aunque permaneció ligeramente por debajo del promedio a largo plazo de la encuesta. Una intensa caída en los costes soportados por el sector manufacturero, que de todos modos correspondió a una tasa de deflación menor que en julio, fue acompañada de una ligera subida de la inflación de los costes del sector servicios y esta última fue vinculada a las crecientes presiones salariales.