«Estamos preparados para subir los tipos si es necesario, y tenemos la intención de mantener la tasa de política en un nivel restrictivo hasta que tengamos la seguridad de que la inflación baja de manera consistente hacia nuestro objetivo», ha señalado durante su intervención en el Simposio de Jackson Hole. Sin embargo, encontrar ese nivel lo suficientemente restrictivo para devolver la inflación al 2% es «un reto», en el que ya trabajan desde el banco central estadounidense.
«Consideramos que la postura política actual es restrictiva y ejerce presión a la baja sobre la actividad económica, la contratación y la inflación. Pero no podemos identificar con certeza la tasa de interés neutral y, por lo tanto, siempre hay incertidumbre sobre el nivel preciso de restricción de la política monetaria», ha agregado.
El titular de la Fed no ha desvelado cuál será la decisión del organismo en el próximo cónclave monetario de septiembre, y ha enfatizado en que cada acción estará basada en la evolución de los datos.
«En las próximas reuniones, evaluaremos nuestro progreso en función de la totalidad de los datos y la evolución de las perspectivas y los riesgos. Basándonos en esta evaluación, procederemos con cautela a la hora de decidir si ajustamos aún más la política monetaria o, en cambio, mantenemos la tasa de política constante y aguardamos más datos. Restaurar la estabilidad de precios es esencial para lograr ambos lados de nuestro doble mandato», ha destacado.
Sobre la situación de los precios, ha destacado que «aunque la inflación ha descendido desde su punto máximo, algo que se agradece, sigue siendo demasiado alta». En general, considera que el proceso de devolver la inflación al 2% » todavía tiene un largo camino por recorrer, incluso con las lecturas recientes más favorables».
«La inflación general es lo que los hogares y las empresas experimentan más directamente, por lo que esta disminución es una muy buena noticia. Pero los precios de los alimentos y la energía están influenciados por factores globales que siguen siendo volátiles y pueden proporcionar una señal engañosa de hacia dónde se dirige la inflación», ha agregado.
Powell ha celebrado «las lecturas mensuales más bajas de la inflación subyacente en junio y julio», aunque ha subrayado que «dos meses de buenos datos son sólo el comienzo de lo que se necesitará para generar confianza en que la inflación está bajando de manera sostenible» hacia el objetivo.
En este sentido, ha destacado que «lograr que la inflación vuelva a bajar de manera sostenible al 2% requerirá un período de crecimiento económico por debajo de la tendencia, así como cierto debilitamiento de las condiciones del mercado laboral».
En lo relativo al empleo, ha manifestado que «el reequilibrio del mercado laboral ha continuado durante el año pasado, pero sigue estando incompleto». En el último año «la oferta laboral ha mejorado, impulsada por una mayor participación entre los trabajadores de 25 a 54 años y por un aumento de la inmigración que regresa a niveles prepandémicos», mientras que en el lado de la demanda «las ofertas de empleo siguen siendo altas, pero tienen una tendencia a la baja».
«Este reequilibrio ha aliviado las presiones salariales. Si bien el crecimiento de los salarios nominales debe en última instancia desacelerarse a una tasa que sea consistente con una inflación del 2%, lo que importa para los hogares es el crecimiento de los salarios reales. Incluso cuando el crecimiento de los salarios nominales se ha desacelerado, el crecimiento de los salarios reales ha ido aumentando a medida que la inflación ha caído», ha asegurado.