Explica HCOB que, al enfrentarse a un entorno de demanda difícil, las condiciones operativas en el sector manufacturero español empeoraron una vez más en agosto. Los declives de la producción, los nuevos pedidos y la actividad de compra fueron sostenidos y más intensos en los tres casos. La actual debilidad de la demanda también generó una presión a la baja en los precios, por lo que tanto los costes como los precios cobrados siguieron disminuyendo. No obstante, el sentimiento empresarial mejoró hasta su máxima en seis meses en medio de esperanzas de que la demanda crezca en los próximos doce meses y, para prepararse para tal evolución, las plantillas aumentaron por primera vez en tres meses.
El principal lastre en la última lectura del PMI provino de otra rápida contracción en los volúmenes de pedidos en cartera. El total de nuevos pedidos ha disminuido por quinto mes consecutivo y la última reducción fue la más intensa desde el brote de la pandemia de Covid-19. El entorno de frágil demanda siguió siendo el principal factor responsable de dicho movimiento a la baja. Los mercados del extranjero ofrecieron poco alivio, puesto que los nuevos pedidos para exportaciones señalaron un fuerte declive.
Las firmas manufactureras españolas respondieron al sombrío panorama de la demanda reduciendo sus propios niveles de producción. De hecho, la producción manufacturera ha caído ininterrumpidamente durante los últimos cuatro meses y la última reducción fue la más intensa del año hasta la fecha.
Al disminuir las necesidades de producción, las firmas intentaron ajustar sus existencias a la débil tendencia de la demanda, por lo que recortaron su compra de insumos por quinto mes consecutivo en agosto. De hecho, el ritmo de reducción fue importante y el segundo más intenso en más de tres años. A su vez, las existencias de materias primas cayeron por quinto mes consecutivo. Los niveles de existencias de productos elaborados también disminuyeron y a menudo las firmas indicaron que prefirieron utilizar las existencias que ya tenían en sus unidades para cumplir con los nuevos pedidos.
La falta de ventas contribuyó a que las firmas pudiesen reducir aún más sus pedidos pendientes. Los niveles de pedidos pendientes cayeron por decimoquinto mes consecutivo en agosto, pero a un ritmo más lento que el observado en julio.
La actual tranquilidad de la demanda también siguió ejerciendo una presión descendente en los precios. En medio de informes de caída de los costes de las materias primas, los precios de los insumos soportados por las empresas del sector manufacturero español cayeron por sexto mes consecutivo en agosto. El descenso se extendió a los precios cobrados, que disminuyeron por quinto mes consecutivo. Los colaboradores del panel comentaron que repercutieron los ahorros en los costes a sus clientes, además de mencionar las presiones competitivas actuales.
Los plazos medios de entrega se extendieron por segundo mes consecutivo en agosto. Sin embargo, la medida en que los plazos de entrega se alargaron siguió siendo mucho más débil que las tasas observadas después de la pandemia. Continuó imperando una sensación general de optimismo en agosto. De hecho, el grado de positividad fue el más robusto desde febrero pasado. Entre los factores que apoyaron el sentimiento positivo se incluyeron el desarrollo de productos, el comienzo de campañas publicitarias y las expectativas de un repunte de la demanda.
«Tenemos bastante certeza de que el sector manufacturero ha entrado en una recesión, que comenzó en el segundo trimestre. Estimamos que la caída de la industria se ha agudizado, alcanzando cerca de -1% este trimestre. Este es el resultado de nuestra estimación en tiempo real del PIB, que toma en cuenta las cifras del PMI entre otros factores», escribe de la Rubia, Chief Economist de Hamburg Commercial Bank.
«La debilidad proviene sobre todo de la demanda interna. Mientras que los nuevos pedidos de exportación disminuyeron a aproximadamente el mismo ritmo que en julio, la desaceleración de los nuevos pedidos en total se intensificó marcadamente. De forma similar, las firmas aceleraron el ritmo de recorte de las compras de materias primas. En consecuencia, a corto plazo la situación empeorará antes de volver a mejorar».
«Pese a que el panorama en general no es demasiado positivo, las firmas industriales se mantienen bastante optimistas. Una mayor proporción de colaboradores de la encuesta indicó que esperan un aumento de la producción en los próximos doce meses. Este resultado concuerda con la observación de que los empleadores dejaron de recortar personal, después de dos meses de reducciones modestas», añade de la Rubia.