El titular de la cartera ha sido claro, existe una clara correlación entre el volumen de producción y los precios; y en el caso del aceite, el azúcar y el arroz el producto disponible en el mercado es escaso para hacer frente a la demanda registrada en los últimos años. «El contexto es de precios altos», ha admitido Planas al referirse al aceite, si bien, se ha abierto la puerta a una evolución más positiva de los precios de este bien clave para la dieta mediterránea. España es el primer productor mundial de este producto pero presenta unos resultados un 55% inferiores a los del año anterior, según ha apuntado el ministro, aunque al tratarse de un cultivo permanente, los olivares podrían verse beneficiados de las intensas lluvias registradas en buena parte del país la semana pasada. «La lluvia llega en un momento hábil, en un momento hábil, un momento positivo para la campaña».
No obstante, el responsable de Alimentación considera que es demasiado pronto» para medir qué alcance pueden tener estas precipitaciones en el nivel de producción y en consecuencia, en los precios. «Es pronto para hacer una evaluación, la haremos a partir de octubre». De producirse mejoras en la producción de olivas y también de su aceite, contribuirían a moderar los precios que actualmente superan los ocho euros por litro para el consumidor final, sin embargo, la merma en la producción registrada hasta el momento ha llevado a recurrir al stock acumulado de anteriores temporadas para cubrir la demanda del mercado internacional. El país contaba con 500.000 toneladas de reserva y ahora tiene algo más de 200.000, según ha expresado Planas.
El Ministro ha señalado que este producto está detrás del incremento de los precios de los alimentos anotado en agosto y confirmado este martes por el Instituto Nacional de Estadística, si bien ha celebrado que estos moderan su avance al haberse reducido en tres décimas respecto al dato anterior y situarse en el 10,5% respecto al mismo periodo de 2022. «Las últimas campañas han sido muy cortas (de aceite de oliva) y existe una correlación oferta-demanda». En este sentido, ha defendido que refleja una estabilización de los alimentos y las bebidas no alcohólicas con tendencia a la baja.
Los dos otros productos a los que ha hecho referencia el Ministerio escalan de la esfera nacional, donde la producción es escasa, España es un consumidor más en los mercados internacionales tanto de arroz como de azúcar y los países productores han registrado unas producciones notablemente inferiores a los de años previos que se repercute en los precios. Planas ha hecho referencia a la disminución en las dotaciones de riego que se han hecho sentir especialmente en los cultivos de arroz, los que demandan grandes cantidades de agua y han llevado a muchos agricultores a tomar la decisión de no sembrar este año. Todo ello ha resultado en un incremento de los precios internacionales de todo el arroz diferente del basmati, ha concluido el ministro.
La cosecha también ha sido reducida en el caso español en el ámbito de los cereales, sin embargo, los países que lideran la producción no se han visto afectados por la misma coyuntura, por lo que desde el Ministerio se muestran optimistas y estiman que España podrá hacerse con producto suficiente para cubrir su demanda a buen precio en el mercado internacional. El país ha producido 11 millones de toneladas de cereales, mientras que el consumo anual se sitúa entre los 30 y los 35 millones de toneladas, lo que necesariamente implica importar trigo blando, maíz y cebada, según ha explicado Planas en la rueda de prensa ya citada.