Las tres Autoridades Europeas de Supervisión (EBA, EIOPA y ESMA – ESA) han identificado al menos tres en su Informe del Comité Conjunto de otoño de 2023: de tipos (bonos), liquidez y crédito. El documento señala que estos efectos perversos plantean desafíos a los bancos, aseguradoras, administradores de activos y otras entidades financieras y explica que la gestión adecuada es crucial para mantener la estabilidad financiera y mitigar adecuadamente el riesgo sistémico que conlleva.
Con respecto al primero, los supervisores explican que es cierto que el fin de los bajos tipos y el aumento asociado en los rendimientos de la renta fija pueden ser beneficiosos para las instituciones financieras en todos los ámbitos. Sin embargo, durante la transición a este nuevo entorno, las carteras de bonos están expuestas a un importante riesgo de tipos de interés puesto que implica una disminución de los precios de los títulos de deuda, lo que no sólo afecta a la economía, sino también a los balances de las entidades financieras.
A partir de febrero de 2023, la EBA estimó que las pérdidas netas no realizadas eran de 75.000 millones de euros para los bancos de la UE, aunque no se esperan que se materialicen las pérdidas potenciales. Además, como parte de su actividad de tipos de interés, los bancos gestionan activamente estas carteras.
Por otro lado, el incremento de los tipos de interés apuntalán la rentabilidad de la banca para 2023. No obstante la banca se enfrenta a desafíos para para mantener altos rendimientos a medio plazo a medida que se incremente la rentabilidad de los depósitos y un mayor trasvase de las cuentas a la vista a las imposiciones a plazo fijo.
La subida de los tipos de interés también implica un incremento de los costes de financiación, no sólo para las empresas y familias, sino que podría alimentar también los costes de la banca al mismo tiempo «ya que los bancos enfrentan mayores costes a través de otros canales, incluida la inflación salarial, los relacionados con la transformación digital». A medio plazo, la moderación en el ritmo de concesión del crédito podría mitigar el impacto de márgenes más amplios . Precisamente, un porcentaje cada vez mayor de bancos indicó a la EBA que esperan disminuir grandes carteras de crédito a pymes, empresas, crédito al consumo y residencial de hipotecas en los próximos 12 meses. La reducción del crédito tendría un impacto inmediato en los ingresos de los bancos, pero también conllevaría implicaciones negativas a largo plazo para el crecimiento económico.
Finalmente, los supervisores identifican un tercer riesgo: el de liquidez. Este saltó tras el conato de crisis de confianza que provocaron las quiebras de algunos bancos medianos estadounidenses y el rescate de Credit Suisse. Estos acontecimientos pusieron sobre la mesa hasta qué punto las entidades financieras pueden ser vulnerables a una salida rápida y repentina de depósitos. «También muestran que el control del riesgo de liquidez por parte de todas las instituciones financieras es aún más importante ahora que un período de abundante liquidez está llegando a su fin», explica el documento.
Sin embargo, aunque admiten que las posiciones de liquidez se mantienen en niveles sólidos, continúan disminuyendo ligeramente. El índice de cobertura (LCR) bajó del 167,9% en el primer trimestre de 2022 al 163,7% en el primer trimestre de 2023. Aún así es importante que los bancos sigan garantizando cómodas reservas de liquidez, sobre todo mientras utilizan estos colchones para reembolsar parcialmente los volúmenes pendientes de financiación del banco central (TLTRO).
Ante esto, el informe recomienda a los supervisores que utilicen otras herramientas disponibles para, por ejemplo, monitorear desfases de vencimientos o concentración de financiación. La EBA ha proporcionado orientación a los supervisores a través de, por ejemplo, el Proceso de Evaluación de la Adecuación de la Liquidez Interna (ILAAP) que prevé información detallada sobre el riesgo de financiación y estrategia, sobre colchones de liquidez, gestión de garantías y riesgo de liquidez. En el caso especial de las aseguradoras, aunque no tienen depósitos, los asegurados pueden cancelar sus contratos.