La vicepresidenta Calviño, confía en alcanzar un acuerdo a nivel europeo sobre la reforma de las reglas fiscales antes de final de mes, de forma que estas puedan aplicarse ya desde enero. Bruselas volverá a exigir a los países miembro ceñirse a unos objetivos de déficit y deuda tras haberlos mantenido en suspenso durante tres años para atender a las consecuencias de la pandemia de Covid-19 y de la crisis energética e inflacionaria y la guerra en Ucrania. El objetivo, tal y como ha reconocido Calviño durante su intervención, en Bruselas, ante el Comité de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo es que haya un documento base sobre el que empezar a debatir en la próxima reunión de los ministros de Economía y Finanzas Europeos (Ecofin), que se celebrará el próximo 17 de octubre en Luxemburgo.
«Hasta ahora hemos desarrollado un trabajo técnico muy intenso durante todo el verano», ha apuntado Calviño, tras explicar que ya está cerrado el 70% del texto y que el 30% que está pendiente es la parte más compleja de la negociación. Esta tiene que ver con cómo garantizar un equilibrio entre que exista una senda de reducción de las ratios de deuda y déficit sobre PIB suficiente e impulsar, a la vez, la inversión que Europa necesita. Igualmente preocupa cómo atender a las especificidades de cada uno de los países y garantizar a la vez la igualdad en el trato.
«Armonizar las reglas fiscales requiere unanimidad», ha recordado la ‘número dos’ del Gobierno en funciones, para quien la nueva propuesta de la Comisión es más pragmática y esto puede, desde su punto de vista, facilitar el acuerdo. Una de las cuestiones que está sobre la mesa es cómo garantizar que los países van a tener el tiempo suficiente para desplegar las inversiones y reformas ligadas a los Planes de Recuperación nacionales y a los fondos Next Generation EU.