«Los tipos de interés han alcanzado niveles que, mantenidos durante un periodo suficientemente largo, contribuirán sustancialmente al retorno oportuno de la inflación a nuestra meta. En cualquier caso, nuestras decisiones futuras garantizarán que los tipos de interés oficiales del BCE se fijen en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario», ha afirmado la francesa durante su intervención en la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo.
Lagarde también ha insistido en la dependencia de los datos de cara a la ‘hoja de ruta’ a seguir por el organismo, basándose, principalmente, en las perspectivas de inflación, la dinámica de la tasa subyacente y la solidez de la transmisión de la política monetaria.
«Las presiones internas sobre los precios siguen siendo fuertes. La inflación de los servicios sigue manteniéndose por el fuerte gasto en vacaciones y viajes y por el alto crecimiento de los salarios. En el segundo trimestre, la contribución de los costes laborales a la inflación interna anual aumentó, en parte debido a una productividad más débil.
En contraste, la contribución de las ganancias cayó por primera vez desde principios de 2022», ha matizado Lagarde. En este sentido, desde el banco central prevén que la inflación caiga del 5,6% en 2023 al 3,2% en 2024 y al 2,1% en 2025, alcanzado el objetivo del 2% a finales de 2025.
«Para reforzar el progreso hacia nuestro objetivo, decidimos elevar nuestras tasas de interés clave en 25 puntos básicos a principios de este mes», ha subrayado.
Respecto a las perspectivas económicas de la eurozona, la presidenta del BCE ha reconocido que se estancó en el primer semestre de 2023 y que los indicadores apuntan a una mayor debilidad en el tercer trimestre. «La menor demanda de exportaciones de la zona euro y el impacto de las estrictas condiciones de financiación están frenando el crecimiento, incluso a través de una menor inversión residencial y empresarial. El sector servicios, que había sido resistente hasta hace poco, ahora también se está debilitando».
En cuanto al mercado laboral que, de momento, se mantiene resistente a pesar de la desaceleración económica, la presidenta del BCE ha mostrado su preocupación con la moderación en la creación de empleo en el sector servicios.
De cara al futuro, Lagarde ha aseverado que se espera que el impulso económico repunte a medida «que aumenten el gasto del consumidor y los ingresos reales, respaldados por la caída de la inflación, el aumento de los salarios y un mercado laboral sólido». Las últimas proyecciones del BCE pronostican un crecimiento del 0,7% en 2023, del 1,0% en 2024 y del 1,5% en 2025.
En su discurso, la francesa ha hecho referencia al exceso de liquidez, el tema elegido por los parlamentarios para la audiencia, y ha indicado que ha disminuido en más de un billón de euros en los últimos doce meses, por dos razones principales.»En primer lugar, los reembolsos de la tercera serie de operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico (TLTRO III). Y en segundo lugar, la reducción de los valores mantenidos bajo el programa de compra de activos (APP), con reinversiones totalmente interrumpidas a partir de julio de este año», ha dicho.
Para finalizar, Lagarde ha propuesto avanzar en la idea de la unión bancaria, la unión de los mercados de capitales y el euro digital. Asimismo, ha instado a los gobiernos a seguir reduciendo las medidas de apoyo conexas para evitar aumentar las presiones inflacionarias a medio plazo; y que las políticas fiscales se diseñen para que la economía de la zona euro sea más productiva y para reducir gradualmente la elevada deuda pública.
«Un marco de gobernanza económica sólido redunda abrumadoramente en nuestro interés común. Por lo tanto, el acuerdo sobre la reforma del marco presupuestario de la UE debe alcanzarse antes de finales de año», ha concluido.