La transacción global generó un impacto positivo en el EBITDA del Grupo Enel de aproximadamente 95 millones de euros, junto con un efecto positivo esperado en la deuda neta consolidada del Grupo de alrededor de 142 millones de euros, por lo que esta cantidad no incluye aproximadamente 203 millones de euros como deuda neta desconsolidada en 2022, ya que EGPA ya se reportó como «mantenida para la venta».
El acuerdo está en línea con el Plan Estratégico actual de Enel, que prevé la implementación de asociaciones en ciertos negocios y geografías para mejorar la creación de valor.
Tras el cierre de la transacción, se espera que EGP e INPEX controlen conjuntamente EGPA, supervisando la cartera actual de generación renovable de la compañía y continuando desarrollando su cartera de proyectos, apuntando a un aumento de la capacidad instalada de EGPA. Esto garantiza que EGPA continuará impulsando la transición energética en curso en Australia, acelerando su contribución para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas del país.