El documento destaca que garantizar la estabilidad de precios ahora requiere una coordinación aún más estrecha de las políticas fiscal y monetaria porque la política monetaria tradicional no puede, por sí sola, abordar todas las causas de las presiones inflacionarias actuales, que se deben principalmente a los precios de la energía y los alimentos.
Los eurodiputados han recordado que el BCE ha reconocido repetidamente que aumentar las tasas de interés no reduciría los precios de la energía y no afectaría la inflación a corto plazo, por lo que han invitado a la institución a reflexionar sobre un ajuste de política más equilibrado y gradual, dado el alto nivel de incertidumbre, al tiempo que han pedido una mayor justificación de cualquier decisión futura sobre tipos de interés.
De igual modo, han expresado su preocupación por el riesgo de fragmentación entre las economías nacionales de la Unión Europea dadas las divergencias en los niveles de inflación entre los países de la zona del euro, que oscilaron entre el 25,2 % en Estonia y el 6,6 % en Francia en agosto de 2022.