Renfe sigue trabajando para cumplir el hito de llevar sus trenes a París antes de que den comienzo los Juegos Olímpicos de 2024. Su presidente, Blanco, se fijó como meta el llevar en tren a los deportistas españoles hasta la capital francesa, pero como es habitual al otro lado de los Pirineos, parece que llegará con más retraso del previsto. Según apuntan algunos medios galos, la fecha que a día de hoy maneja la operadora para poner en marcha nuevos servicios entre Barcelona y París en el mes de junio de 2024, un mes antes del evento deportivo.
Esta fecha fue desvelada por la directora del proyecto de Renfe en Francia, Lozano, en un encuentro con periodistas. En enero del presente año y coincidiendo con la cumbre España-Francia, la Ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Sánchez, anunció que los trenes de la empresa pública llegarían a París antes de que acabase 2023, un hito que pronto se vio imposible de cumplir. Meses después, el diario Le Parisien desveló que Renfe había solicitado surcos horarios para comenzar a prestar servicio durante la primavera de 2024 al gestor de la infraestructura francesa, SNCF Reseau.
Coincidiendo con la presentación de su operativa en Francia, el propio Blanco confirmaba que todavía necesitaban «algunos elementos», como el certificado de seguridad para operar en la línea de alta velocidad entre París y Lyon. Considerada «la gallina de los huevos de oro» de la red ferroviaria francesa, Renfe ambiciona con competir de tú a tú con SNCF y la italiana Trenitalia en esta ruta, replicando el movimiento que han hecho ambas en la línea Madrid-Barcelona. Este nuevo retraso también va ligado a la falta de trenes para prestar los servicios planteados. Los nuevos trenes Avril de la serie 106 que Talgo debía entregar en noviembre no llegarán, como pronto, hasta diciembre, aunque fuentes del sector apuntan que podrían retrasarse hasta la Semana Santa del próximo año. Esto se debe a que su homologación en España se está retrasando más de lo previsto. Al mismo tiempo, otra de las nuevas ramas diseñadas para el territorio francés continúa haciendo pruebas por sus vías con el mismo objetivo.
Mientras espera su llegada, Renfe sigue tratando de expandir su marca fuera de su patria con lo que ya tiene: sus trenes a Lyon y Marsella. Dos meses y medio después de estrenar estas rutas, ha anunciado el despliegue completo de su operativa, pasando a ofrecer un tren diario de ida y otro de vuelta a ambas ciudades hasta alcanzar las 28 frecuencias semanales. Las buenas cifras de ocupación, superiores al 80% según la empresa, dejan un «balance positivo», a la espera de que el año que viene toque enfrentarse a un aumento de los cánones de un 7%, lo que inevitablemente subirá los precios y afectará al número de viajeros.
Avances en los servicios a Portugal
A la par, la operadora avanza en su otro gran frente de conquista, Portugal. El mercado luso se ha convertido en un objetivo clave para Renfe, más aún con la concesión del Mundial 2030 de fútbol masculino. Hace unas semanas, La Información desveló la estrategia que pretendía aplicar la operadora para llevar sus trenes hasta Lisboa y Oporto desde Madrid, además de cubrir el eje Atlántico enlazando con A Coruña y Vigo.
Pero antes llegará la expansión de los actuales servicios Madrid-Badajoz hasta Évora, una ciudad a medio camino hacia Lisboa que recibirá la primera línea de alta velocidad del país vecino. La intención es que estos servicios comiencen el próximo año 2024, según desveló la compañía a principios de verano.
Para llevarlo a cabo, Renfe necesita de un certificado de seguridad que le habilite a prestar servicios de transporte ferroviario al otro lado de la raya. Esta misma semana ha resuelto un contrato de asistencia técnica que permitirá redactar la documentación necesaria, una tarea que tiene como fecha límite el 31 de enero de 2024. La operadora incluye un plazo adicional de seis meses más, hasta julio, para que la administración portuguesa le autorice a circular por sus vías.