Israel ha declarado el estado de guerra tras sufrir un ataque esta madrugada por parte del brazo armado del grupo terrorista Hamás. La «operación diluvio de Al-Aqsa», se ejecutó en torno a las seis y media y tomó por sorpresa a las fuerzas israelíes que habían bajado la guardia y al parecer, no tenían el más mínimo indicio de que fuera a producirse un ataque organizado de esa envergadura. El balance provisional es de 298 muertos y más de 2.000 heridos: más de 100 fallecidos y 900 heridos en Israel; y al menos 198 fallecidos y más de 1.600 heridos en Gaza.
La respuesta del gobierno de Benjamín Netanyahu ha sido la puesta en marcha de la operación «Espadas de hierro» como primera fase de una guerra desembozada y declarada tras el ataque terrorista de madrugada.
«Actualmente decenas de aviones de combate israelí están atacando varios objetivos pertenecientes a la organización terrorista Hamas en la Franja de Gaza», comunicó el Ejército hace unos minutos. El mismo confirmó que los ataques palestinos se produjeron por «tierra, mar y aire».
El escudo antimisiles, orgullo de Israel, brilló por su ausencia
El escudo antimisiles, orgullo de Israel, brilló por su ausencia y una lluvia de unos 5.000 cohetes cayó a plomo sobre las viviendas de la población que, en buena medida, todavía dormía.
De momento, oficialmente, sólo habría 2 muertos aunque los heridos serían decenas. En simultáneo a la andanada de misiles, patrullas de la organización terrorista infiltradas disparaban de forma indiscriminada desde vehículos armados.
Aunque hay informaciones confusas, Hamas anunció en un comunicado, difundido por Ynet news.com, medio fiable, que había capturado a 35 soldados. Según los términos del mensaje estarían con vida, pero otras fuentes apuntan que los terroristas se habrían llevado sus cadáveres.
El golpe de Hamás tuvo la respuesta inmediata del Gobierno de Benjamín Netanyahu que declaró el estado de guerra contra Palestina anticipando un futuro inmediato de más sangre, y destrucción entre dos vecinos irreconciliables.
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, calificó de «enorme error empezar una guerra contra Israel» tras haber logrado los comandos burlar los enormes dispositivos y controles de seguridad al introducir entre la población a cientos de efectivos en la frontera de Gaza.
Sin duda, y con la certeza de que las Fuerzas Armadas de Israel van a responder con contundencia en esta guerra declarada, anticipó: «Israel saldrá victoriosa».
La «operación diluvio de Al-Aqsa» fijó sus objetivos estratégicos en los enclaves sensibles de Isarel. Parte de esa lluvia de misiles alcanzaron Jerusalén y no distinguieron entre objetivos militares o civiles. Por fortuna, los daños allí fueron materiales y no parece que haya habido que lamentar víctimas.
Fuentes israelíes aseguran que el comando terrorista asaltó viviendas de civiles y tendría retenidas a varias personas. A medida que pasan las horas, se conocen nuevos datos. El alcalde del Consejo regional Sha´ar HaNegev, al sur del país, murió durante un enfrentamiento con uno de los comandos terroristas.
Medios locales afirman que los terroristas prendieron fuego a las viviendas de los israelíes establecidos en la franja de Gaza al no convencerles de que las abandonaran de forma voluntaria, ya que considera que ese territorio les pertenece y está usurpado por Israel.
Se registran secuestros y toma de rehenes en viviendas mientras las fuerzas de seguridad de Israel se han desplegado y habrían acordonaba diferentes casas asaltadas. Asimismo se ha puesto en marcha un dispositivo cerrojo para encapsular y atrapar a los terroristas.